A los moradores del barrio Santa Rosa de Ita (vía a Nono), en el noroccidente de Quito, todavía les sorprende que 10 hombres disfrazados como policías y militares asesinaran a un microempresario de esa zona el 13 de enero.
Ellos dicen que lo más preocupante fue cómo los desconocidos obtuvieron uniformes de las fuerzas del orden para montar un supuesto operativo en la carretera y tratar de secuestrar al hijo de la víctima. “Deben haber más controles. No es posible que la delincuencia engañe a la gente”, dijo un vecino del sector.
Frente a ese problema, el Ministerio del Interior anunció el lunes pasado que se establecerán acuerdos con el Ministerio Coordinador de Seguridad y con el de Defensa para regular la fabricación de ese tipo de prendas. “En las próximas semanas, saldrá una regulación concreta mediante un acuerdo interministerial que permita desmantelar estas fábricas clandestinas de imitaciones de uniformes policiales. Las nuevas prendas tendrán algunas seguridades, como el tipo de tela, los logotipos…”, manifestó el ministro del Interior, José Serrano.
Sin embargo, esta no es la primera vez que las autoridades buscan alternativas para frenar la venta clandestina de uniformes de la Policía y las FF.AA.
Las autoridades establecieron el año pasado medidas para frenar la comercialización de uniformes sin autorización. Como parte de esta, la Policía efectuó operativos en los almacenes que se dedican esa actividad a escala nacional. Una de las disposiciones fue que los gendarmes y personas interesadas adquieran las prendas e insignias en los cuarteles con la firma de responsabilidad de la empresa encargada de confeccionar, vender y distribuir esa clase de material.
La medida no se aplicó solo a personas e instituciones que confeccionan ropa, sino también a los talleres donde se fabrican armas legales, así como en sitios donde es posible pintar vehículos con colores y logotipos de patrulleros.
Pese a ello, este Diario constató que los camuflajes de la Policía y de las FF.AA. se exponen en las vitrinas de tres almacenes de los 28 que funcionan en el sector de La Recoleta (centro de Quito). “Solo vendemos a los uniformados que nos presentan las credenciales de la Policía o el Ejército. A desconocidos no les vendemos camuflajes porque no queremos problemas. Lo que sí podemos comercializar todavía son las insignias y logos, los cuales oscilan entre USD 5 y USD 15, dependiendo de la escarapela o pala que busque”, relata la propietaria de un almacén.
Para Edwin Merlo, director de la Facultad de Seguridad de la Universidad Politécnica Salesiana, el Ministerio del Interior debería regular la venta de uniformes e insignias a través de normativas. “De esta forma se evitaría la venta a personas que utilizan los trajes para hechos delictivos”, opina. Plantea que también se deberían buscar medidas que vigilen a las empresas que se dedican a la confección de uniformes.
El objetivo, agregó el experto, sería evitar que los uniformes sean confeccionados para utilizarlos de mala manera como asaltos y robos. Un ejemplo de aquello es el operativo desplegado el 5 de enero último en el noroccidente y sur de Quito. La Policía decomisó camuflajes del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), chalecos antibalas, insignias y armamento de grueso calibre. Según los gendarmes, el material incautado supuestamente iba a ser utilizado para que dos detenidos del pabellón A lograran escapar.
El nuevo proyecto del Código Orgánico de Entidades de Seguridad Ciudadana que el Régimen entregó a la Asamblea Nacional a finales de septiembre del 2011, no plantea la regulación a la comercialización de uniformes e insignias de la Policía.
De hecho, el artículo 102 del nuevo cuerpo legal solo señala como faltas gravísimas al uso arbitrario del uniforme o distintivos, grados o condecoraciones; así como el “facilitar a personas ajenas de la institución uniformes, vehículos, equipos e instrumentos de uso policial, con fines ajenos a la función policial sin perjuicio de que constituya delito”.
El proyecto no contempla la fabricación clandestina de uniformes tipo camuflaje o la importación ilegal de ese tipo de telas. Según el art. 239 del Código Penal, “el que usare indebidamente grados, insignias, uniformes, denominaciones o distintivos militares (policiales) será reprimido con prisión de seis meses a dos años”.
Pablo Vizcaíno, presidente de la Asociación de Comerciantes y Confeccionistas de Artículos Militares y Policiales, creada en el 2010, dice que en la actualidad no existen regulaciones para la fabricación de uniformes. “De forma inesperada vienen y requisan la mercadería con la Intendencia, pero luego han tenido que devolver lo que se llevaron. Otros decomisos se encuentran en trámite de devolución. Se llevan uniformes, insignias y nuestro material artesanal”, precisó.
La Asociación busca crear una normativa que se encargue de la comercialización y confección de implementos de las fuerzas del orden. “Desde mayo del 2010 comenzamos a trabajar con el Ministerio del Interior para regularizar la actividad a la que nos dedicamos. Queremos que las personas que venden estos productos presenten su RUC y las autorizaciones de los ministerios que controlan la venta de estos productos”, dice Mario Peralta, asesor legal de la Asociación.
Añade que en la actualidad no existe un “control formalizado” de la venta y confección de artículos militares y policiales. “No vendemos por ética a cualquier persona. Los decomisos están prohibidos y aún no existe una Ley para esto (que controle la confección y venta de prendas), lo que sí no se permite y se sanciona es el mal uso de las prendas”, finalizó.
El Código Penal y el nuevo proyecto del Código Orgánico de Entidades de Seguridad Ciudadana tampoco contemplan la venta de uniformes de policías y militares en los portales de Internet dedicados a ofertar productos de forma libre. Por ejemplo, al ingresar a uno de esos sitios web se ofrecen “uniformes militares camuflados para adultos y niños en tela nacional o americana. También accesorios como gorras, jockeys, cantimploras, eslingas, insignias, cintos, etc.”. Así como este hay muchos otros anuncios en Internet.
Anuncios en la Web
Este Diario accedió a sitios en los que se oferta y demanda sin control uniformes de la Policía y de las Fuerzas Armadas, así como el comercio de esas telas.
Por ejemplo, uno de los anuncios dice: “Tela licra camuflaje varios colores, aptos para hacer pantalones cortos, blusas varios modelos de moda interesados comunicarse al …”.
Incluso se ofrece para jugar paintball: “ofrezco camuflajes tipo Policía Nacional gris, casi nuevos, talla 38. Solo dispongo esa talla, su costo es de USD 45”.