Los habitantes de la ciudadela Jacarandá, en el noreste de Cuenca, se llevaron un gran susto ayer. Una nave ultraligera, con el registro HC-U-006, con dos ocupantes, cayó sobre dos viviendas. El piloto y el copiloto quedaron heridos.
El accidente se registró a las 09:10. En la nave viajaban el piloto y médico Édgar Serrano, de 49 años, y el copiloto Édison Salazar, de 35. Ambos son cuencanos y aficionados a este deporte de alturas, que practican casi todos los fines de semana.
Ayer también tenían permiso de la Torre de Control del aeropuerto Mariscal Lamar para sobrevolar. Pero no se conocieron las causas del accidente.
Adolfo Arias, un vecino que vio la nave en el aire contó que bajaba con el motor apagado, “posiblemente se le descompuso y forzó un aterrizaje”.
Él y otros vecinos presumen que intentaron aterrizar sobre la cancha deportiva ubicada frente a la vivienda, pero no les favoreció el viento. Cayeron sobre el cerramiento de las casas de Katty Andrade y Teresa Caldas, ubicadas en la calle Vieja y Las Laderas.
El fuerte estruendo alertó a todos los vecinos que salieron a ver lo ocurrido. La energía eléctrica se suspendió porque el ultraligero afectó el cableado y ardió en llamas. Serrano y Salazar salieron golpeados y con quemaduras, de entre los fierros de la estructura.
Personal del Cuerpo de Bomberos y de la Cruz Roja atendió la emergencia. Controlaron el fuego y los heridos fueron trasladados hasta el hospital José Carrasco Arteaga del Seguro Social. La Policía intentó retirar la nave, pero los afectados se opusieron.
Andrade esperaba que los responsables le firmaran un documento que le garantice el arreglo del cerramiento de las dos casas. Serrano aprendió a pilotear naves en el 1999 y en ese tiempo ha tenido tres percances al aterrizar. Fundó el Aeroclub Cuenca, que tiene ocho asociados.
Serrano tiene un pequeño hangar junto a la pista del mismo aeropuerto Lamar. La Policía investiga la causa de este accidente aéreo ocurrido ayer.