El asalto se registró el domingo, en el sector El Key, a 18 km de Guaranda (Bolívar). Tres ocupantes de una camioneta Chevrolet color azul de placas ADW -590 fueron interceptados a bala.
En Pilahuín, parroquia a 25 minutos de Ambato (Tungurahua), los comuneros conocieron del suceso y emprendieron un juicio indígena en el páramo.El Chevrolet, según los lugareños, fue cercado por dos vehículos con cinco ocupantes. Con armas de fuego intimidaron a las tres personas que iban en la camioneta. Los amarraron y transportaron hasta Cachipata.
Las víctimas permanecieron abandonadas por más de tres horas, hasta que un comunero los avistó desde su vehículo y los recogió. Él pidió apoyo a los habitantes de Pucará Grande.
Dirigentes rastrearon la zona e interceptaron un automóvil Honda azul, que actualmente permanece retenido en la comuna. Según ellos, este era conducido por uno de los supuestos atracadores, Carlos G. El hombre, de 42 años, fue trasladado a Pucará.
A las 06:45 del lunes, una llamada telefónica alertó a los dirigentes de la comunidad que Jorge Z., otro presunto responsable, caminaba por la vía con dirección a Ambato. Durante su retención hubo disparos, uno de ellos hirió gravemente a Manuel P. Él fue asilado en una clínica de Ambato, donde permanece con pronóstico reservado.
Anteayer, 1 500 habitantes de las comunas colindantes se concentraron en la plaza central de la comunidad Pucará Grande para un “juzgamiento”. En el lugar, los dirigentes mostraron a la Policía y Fiscalía un revólver calibre 38, con el que supuestamente fue herido Manuel P., y otras presuntas evidencias.
Luego castigaron a los dos retenidos. Los golpearon con ortiga y látigo, los ataron y los arrojaron en agua helada, a las 19:00. Eso ocurrió en el sector de El Tanque, a 30 minutos de Pucará.
Ayer, Carlos Pozo, jefe de la Policía Judicial de Tungurahua, pidió a los dirigentes que le entregaran a los dos hombres, pero hasta el cierre de esta edición no se concretó el rescate. Los comuneros reclaman el pago de los gastos médicos de Manuel P.; exigen que los dos hombres se hagan cargo. Los familiares del herido sostienen que deben cancelar USD 5 000 en la casa de salud de Ambato.
En Pilahuín los habitantes aseguran que están cansados de los asaltos a mano armada en la vía. Por ese tramo (de 60 kilómetros), de la vía Ambato-Guaranda, transitan contenedores con mercancía. Este año, la Policía ha encontrado una docena de camiones y camionetas abandonados, que habían sufrido atracos entre violencia y balas.
Lorena Vargas, tenienta política de esa parroquia, lo atribuye a bandas organizadas, que aprovechan el escaso tráfico vehicular.
El 15 de octubre, la Policía halló un camión Hino abandonado. Según Vargas, el asalto del vehículo que transportaba repuestos de autos, parabrisas, entre otros, se produjo en la vía Ambato-Riobamba.
Pese a que se coordinan acciones de control con los dirigentes de las 34 comunidades de la parroquia, los delitos continúan. Hay desventajas, según la funcionaria. La Unidad de Policía no cuenta con un patrullero. “Hay que pedir ayuda a la gente para salir en vehículos particulares a atender las emergencias”, señala.