El 27 de junio del 2018, los cuerpos de los tres trabajadores llegaron a Quito, desde Cali, en el sur de Colombia. Foto: Archivo / EL COMERCIO
El manejo del secuestro, las operaciones militares para capturar a alias ‘Guacho’, la falsa liberación y el triple asesinato. Los familiares del periodista Javier Ortega, del fotógrafo Paúl Rivas y del conductor Efraín Segarra advierten que en estas cuatro líneas de investigación todavía quedan incógnitas. Creen que hay cabos sueltos en los expedientes.
“¿Qué sucedió en el Comité de Crisis? ¿Cómo llegaba la información de Inteligencia? ¿Cómo se compartía con la familia? ¿Cómo era el canal de comunicación?”, pregunta Ricardo Rivas, hermano de Paúl.
Para él, los investigadores no han querido examinar cómo se manejó el triple secuestro.
Asegura que, por ejemplo, no se han analizado las huellas dactilares que fueron recogidas de la camioneta en que se movilizaba el equipo de prensa. Tampoco se han explotado las imágenes de la cámara de vigilancia instalada en la casa de la madre de ‘Guacho’.
Los militares dicen que a través de ese dispositivo se captaban imágenes de todo el pueblo y se sabía quiénes llegaban y quiénes salían de Mataje.
Otro dato que las familiares piden aclarar es cómo meses antes del plagio, los equipos de Inteligencia policial ya mantenían conversaciones con alias ‘Guacho’, que para entonces dirigía al Frente Óliver Sinisterra.
Los disidentes de las FARC advertían con secuestrar o asesinar a civiles si Ecuador no liberaba a tres de hombres de ‘Guacho’, detenidos en la frontera el 12 de enero del 2018.
Después del plagio en Mataje se abrió un nuevo canal de comunicación, y quien intercambiaba chats con los armados era un asesor del exministro del Interior César Navas.
Los familiares no supieron de estas comunicaciones sino hasta después de que se confirmaron los crímenes.
El funcionario ya fue citado a la Fiscalía y entregó su versión, pero esta aún no es pública.
“Para la Fiscalía, el secuestro ocurrió en Colombia y a partir de allí no se han realizado pericias ni se han seguido pistas importantes”, agrega Rivas.
Los parientes advierten que, por ejemplo, no se ha analizado la dirección IP para descubrir desde qué lugar fue enviado el correo electrónico con el video en que Javier, Paúl y Efraín aparecen encadenados.
En ese mismo e-mail llegó la fotografía de un manuscrito que aparentemente está redactado por el fotógrafo.
“De parte de Paúl Rivas (Rangazu). Difundir este video a la mayor cantidad posible de medios de comunicación para presionar al Gobierno el cese al fuego…”, escribió.
Según allegados, en esa carta Paúl habla de un “cese al fuego”. A partir de esa frase, ellos creen que las fuerzas policiales y militares de Ecuador y Colombia mantuvieron sus operaciones armadas para capturar al jefe de los disidentes.
“Las incursiones nunca cesaron. ¿Quién autorizó que las fuerzas colombianas ingresaran a Ecuador a buscar a ‘Guacho’?, cuestionan.
Sin embargo el 5 de abril del 2018, Ramiro Mantilla -entonces Comandante de la Policía ecuatoriana- dijo que la prioridad del Gobierno era precautelar la vida de los tres secuestrados y que por eso se evitó cualquier “demostración de fuerza militar o policial”.
Las dudas también giran en torno a la falsa liberación del grupo. El 28 de marzo, dos días después del plagio, el Ministro de Defensa de Colombia felicitó a su par de Ecuador por la recuperación de los tres trabajadores de este Diario.
Ese día, equipos de la Policías y de las Fuerzas Armadas ecuatorianas se desplazaron a San Lorenzo y realizaron búsquedas cerca de Mataje.
Hasta ahora, los allegados no saben por qué los medios de comunicación colombianos anunciaron la entrega del equipo de prensa.
Para Galo Ortega, padre de Javier, los detalles sobre el asesinato tampoco son claros. En junio del año pasado, Medicina Legal de Colombia les indicó que su hijo y compañeros de trabajo fueron ajusticiados.
El escenario que les dibujaron fue que los tres fueron obligados a arrodillarse y que los acribillaron por las espaldas.
Pero en esta semana se conoció el informe de la autopsia y en el documento se indica que los tres recibieron disparos por el lado izquierdo de sus cuerpos, por la espalda y cuando estaban en movimiento.
La trayectoria de los proyectiles fue de abajo hacia arriba.
Ha pasado un año y tampoco los familiares conocen la fecha exacta de la muerte. Creen que fueron asesinados entre el 7 y 9 de abril del 2018.
El 9 de abril, el entonces ministro Navas indicó que el Estado no estaba en ningún proceso de negociación, pero que se abrieron cuatro escenarios.
Pero antes, el 30 de marzo, había dicho que las negociaciones para la liberación seguían. “Es parte de la investigación.
Les digo que están bien y estamos trabajando para eso” dijo.
Por eso, los familiares no entienden cómo se cambió el discurso en cuestión de días y pidieron que se aclarara todo.
Las voces de solidaridad
Marcelo Fernández de C., exvicecanciller: ‘Hace falta información’
En al primera parte de este caso, la Cancillería actuó muy lentamente. Prácticamente, empezó a actuar cuando se sabía del desenlace. Y esa era una parte que le correspondía honestamente a la canciller de es época (María Fernanda Espinosa).
Ya una vez que se produjo la tragedia, lo que le quedaba a la Cancillería era coordinar con otros países para la lucha contra el narcotráfico, ya que estos incidentes con las FARC eran fundamentalmente con traficantes. Entonces, había que coordinar con Colombia, con Estados Unidos, que es el gran consumidor, para que no pasen las drogas hacia el norte.
Evidentemente, hace falta mayor información, que exista una apertura de información para saber qué pasó, qué se hizo bien y qué se hizo mal, para corregir. Personalmente, creo que sí hubo acciones controvertidas en el inicio de las operaciones.
Francisco Rocha, presidente de AEDEP: ‘Es un tema de libertades’
Creo que nos pasó en un momento de transición. Cuando digo que nos pasó me refiero a la sociedad ecuatoriana, no solo era un tema de periodistas, era un tema de la sociedad ecuatoriana, que descubríamos algo que había sido una creación ficticia, la famosa isla de paz.
El asesinato del equipo periodístico de EL COMERCIO nos trajo una realidad que estaba ahí, pero que en algunos casos nos vendían como que no pasaba nada o no lo queríamos ver. Primero nos queda esa sensación de inseguridad permanente y la falta de una respuesta concreta del Estado ecuatoriano, no del Gobierno, sino del Estado. Porque deberíamos tener las certezas de todo lo que pasó, para que no se generen historias. Nos tocó vivir esto en una etapa de transición en la que el país busca una salida de legalidad, de respeto, y por supuesto no es un tema de periodistas, ni de medios, es un tema de libertades.
Pablo Arosemena, residente de la CCG: ‘La seguridad es la prioridad’‘La seguridad es la prioridad’
Es lamentable que luego de un año aún no tengamos información oficial, definitiva y clara sobre lo sucedido con Javier, Paúl y Efraín. Eso es lo más importante, honrar sus familias con la verdad de los hechos. Esta es una obligación pendiente de las autoridades.
Esperamos que al día de hoy, el país esté mejor preparado que antes para lidiar con este tipo de amenazas. El comercio y la economía solo avanzan en un entorno de seguridad, tanto jurídica como ciudadana.
Esmeraldas es una provincia de mucha riqueza, en la que sin duda el comercio y la economía pueden prosperar. El empresariado necesita confianza y Esmeraldas necesita inversión. La seguridad jurídica y el respeto a las leyes son primordiales, pero hemos conocido de primera mano prácticas ilegales de ciertos municipios. Eso no puede suceder. Visitaremos la provincia para proponer soluciones.
Édgar Aguayo, Cámara de Comercio de Esmeraldas: ‘Falta impulsar el comercio’
Los esmeraldeños nos sumamos al dolor tras el vil asesinato de Javier, Paúl y Efraín. Pero luego de un año de este hecho, en la provincia de Esmeraldas no ha mejorado absolutamente nada.
Nosotros hicimos una propuesta para impulsar el comercio y producir más, pero las respuestas han sido negativas. El comercio de Esmeraldas se encuentra en terapia intensiva. La banca ha hecho caso omiso de las disposiciones para otorgar créditos. Tampoco hay fuentes de empleo, porque la presencia de las empresas es mínima. La gente trabaja en el Consejo Provincial, el Municipio y Petroecuador.
Y las pocas plazas que se generan son creadas por los comerciantes, emprendedores y microempresarios.
Aún esperamos que este Gobierno reactive el comercio, la productividad y fortalezca la seguridad para que las cosas cambien en la provincia de Esmeraldas.
La Cronología De los hechos
26/03/2018
Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, miembros del equipo de prensa, viajaron a San Lorenzo, en Esmeraldas, y fueron secuestrados.
27/03/2018
El Gobierno anunció que los profesionales estaban plagiados, pero no difundió sus nombres por seguridad. Las familias tampoco lo hicieron.
28/03/2018
El diario El Tiempo de Colombia informó sobre la supuesta liberación de los tres secuestrados en la frontera entre ambos países.
01/04/2018
Los familiares dieron a conocer públicamente la identidad de los tres profesionales plagiados. Hicieron una marcha desde la Tribuna del Sur, en Quito.
03/04/2018
Noticias RCN, de Colombia, fue el primer medio de comunicación que difundió la prueba de vida de los tres profesionales.
04/04/2018
Los familiares solicitaron la intervención de la Cruz Roja para lograr el canje del equipo de prensa por los tres colaboradores de alias ‘Guacho’ detenidos.
11/04/2018
Los familiares, que habían viajado a Lima para intentar reunirse con el presidente de Colombia, se enteran de que sus seres queridos fueron asesinados.
13/04/2018
El presidente Lenín Moreno confirmó el asesinato de Javier, Paúl y Efraín. Un día antes se difundieron fotografías de los cuerpos sin vida.
17/04/2018
El Frente Óliver Sinisterra difundió un video con el que anunció el secuestro de los ecuatorianos Óscar Villacís y Katty Velasco. Luego los asesinaron.
21/06/2018
Las autoridades de Colombia hallaron cuatro cuerpos enterrados en una zona de Tumaco. Tres pertenecían al equipo periodístico.
27/06/2018
Tras los exámenes forenses e identificación por ADN, los cuerpos de los tres profesionales fueron llevados a Ecuador.