Los hombres de overol negro llevaban pasamontaña y fusil. La noche de marzo irrumpieron en el acogedor conjunto residencial del valle de Quito y arrestaron a un hombre, familiar en la cúpula de Los Rastrojos, red del narcotráfico en Colombia.
Residía en Ecuador desde el 2007. ¿5 años sin problemas? En la Paz, México DF y Quito hay más tolerancia a los narcotraficantes. En la capital de Ecuador, el 10% de las personas no tendría inconveniente en tenerlos como vecinos, mientras que el 16% lo tolera en La Paz y el 12% en México.
Así lo revela Antípodas de la violencia, un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, que examina la relación entre cultura y seguridad en Latinoamérica; recoge datos del Observatorio Metropolitano de Seguridad, y notas de personalidades como Antanas Mockus, ex alcalde de Bogotá, y Henry Murraín, filósofo de la Universidad Nacional de Colombia.
En el país existe un menor rechazo a los traficantes, especialmente en niveles socioeconómicos altos, refiere. Otro dato espeluzna: 5 de cada 10 personas en Quito consideran que se justifica desobedecer la Ley si esta es la única manera de ayudar a un familiar. En México y Bogotá solo lo justifican 4 de cada 10.
La violencia no es exclusiva del delito, sino que también obedece a una cultura que aprueba transgredir. Lectura que, vista sin carga ideológica, serviría de insumo para construir una política de seguridad.