Fausto Gómez: mi padre murió por covid-19 y en medio del dolor hicimos los trámites para acceder a los bienes

Fausto Gómez y sus hermanos realizaron el trámite de posesión efectiva de bienes en una notaría de Quito. Foto: cortesía.

Fausto Gómez y sus hermanos realizaron el trámite de posesión efectiva de bienes en una notaría de Quito. Foto: cortesía.

Fausto Gómez y sus hermanos realizaron el trámite de posesión efectiva de bienes en una notaría de Quito. Foto: cortesía.

Durante la emergencia sanitaria, los familiares de personas que fallecieron por covid-19 han tenido que acudir a las notarías para realizar la posesión efectiva de bienes.

Este trámite lo han realizado desde el 11 de abril del 2020, cuando se restableció el trabajo presencial en las notarías.

En medio del dolor, los familiares han accedido a este servicio notarial, que sirve para que los herederos accedan a los bienes (casas, terrenos, autos) de la persona fallecida.

También es necesario para retirar el dinero de cuentas bancarias, pólizas, beneficios del Seguro Social y bono de desarrollo humano.

Fausto Gómez y sus tres hermanos tuvieron que hacer este trámite tras la muerte de su padre, quien tenía el mismo nombre.

El hombre, de 69 años, falleció por covid-19, en un hospital público, el 29 de mayo del 2020.

A continuación, el testimonio de su hijo, Fausto:

“Los primeros síntomas los presentó el 26 de abril del 2020. Tenía tos, dificultad para respirar, le dolía el pecho y perdió peso rápidamente. Pero él no nos decía nada.

Al percatarnos del deterioro en su salud, con mis hermanos lo llevamos a un hospital público el 29 de abril del 2020. Mi papi ingresó con una neumonía crónica. En ese lugar le hicieron la prueba covid-19 y dio positivo.

Desde que ingresó al hospital, los médicos nos informaban a diario su estado de salud, por teléfono.

Ocho días después fue trasladado al área de terapia intensiva, pues no podía respirar. Tuvieron que conectarle a un respirador artificial. Mi padre pasó 21 días en terapia intensiva.

Se comunicaron con mi hermano para decirle que necesitaban autorización para operarlo. Sin embargo, no pudo entrar al quirófano y falleció a las 06:00 del 29 de mayo.

Los funcionarios del hospital no nos avisaron inmediatamente. Quienes nos comunicaron fueron los empleados de la funeraria. Nos dijeron que él había fallecido y que lo iban a cremar.

Al enterarse de esa noticia, mi hermano Henry fue al hospital donde le confirmaron el deceso. A las 17:00, personal de la funeraria nos entregó las cenizas en la casa de mi hermana. Contratamos un sacerdote para que le dé la bendición.

Luego del fallecimiento, un amigo que es abogado nos ayudó con la posesión efectiva de bienes en una notaría del centro-norte de Quito.

Para este trámite, el notario nos pidió una minuta firmada por el abogado, la copia de cédula de mis hermanos, el certificado de defunción de mi papi y nuestros certificados de nacimiento.

Para obtener estos últimos documentos tuvimos que ir personalmente al Registro Civil.

Con un día de anticipación, el notario nos avisó que debíamos ir a su oficina para firmar el documento de posesión efectiva de bienes.

El 5 de junio de 2020, acudimos a la notaria con mascarilla y guantes.

Cuando ingresamos, una persona nos tomó la temperatura y nos puso gel antibacterial. Firmamos el documento y al día siguiente regresamos para que nos entregara el acta. Por este trámite pagamos USD 206.

Necesitábamos ese documento para acceder al seguro de vida y al seguro de desgravamen en una cooperativa, en donde mi papi tenía una deuda. También necesitábamos sacar los USD 677 que él tenía en una cuenta del banco.

Tenemos pensado retirar ese dinero y poner el valor restante entre mis hermanos, para comprarle a mi papi un nicho en un cementerio y colocar allí sus cenizas”.

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