Debajo del maquillaje se ocultaban moretones y heridas. La nariz, el cuero cabelludo, los ojos, la boca, la espalda, los brazos… todo el cuerpo de Eliana E. evidenciaba un cuadro de violencia extrema.
La Policía levantó su cadáver luego de que su pareja, Julio S., llamara al ECU 911. Dijo que ella estaba inconsciente sobre la cama. La autopsia determinó que había fallecido unas seis horas antes de que fuera hallada por la Policía, el 24 de agosto del 2013. Un derrame cerebral le produjo la muerte. También fue estrangulada.
“El riesgo de muerte es una amenaza real para muchas mujeres maltratadas”, indica el borrador de un protocolo de atención para víctimas de violencia contra la mujer, publicado la semana pasada por el Consejo de la Judicatura.
“El índice de riesgo aumenta cuando hay episodios previos de malos tratos y ellas no denuncian o si lo hacen luego desisten de seguir con el proceso”, señala la trabajadora social de uno de los centros de Peritaje Integral de la Fiscalía.
La experta, que prefirió la reserva de su nombre, detalla que tras la denuncia más de la mitad de las víctimas abandona el caso, se retracta de su testimonio o se echa la culpa de la agresión.
En cifras: el 5,2% de las denuncias presentadas por violencia intrafamiliar o sexual en el país llegó a una sentencia en el 2013, según la Fiscalía. El 8% de víctimas se negó a reconocer la denuncia.
“Los casos se caen en los tribunales si, de oficio, llegamos con una prueba débil”, comenta una fiscal, que pidió no revelar su nombre.
Luis Manosalvas, juez penal, señala que para condenar a una persona se necesitan dos requisitos: “que exista un delito y que las pruebas indiquen la responsabilidad del sospechoso”. La duda beneficia al imputado. Este es uno de los principios básicos en Derecho. Sonia B. denunció a su pareja por haberle roto la nariz. Dijo que no era la primera vez que Luis M. la agredía. Era el 7 de febrero del 2013 y llevaban seis años juntos. Un año después cambió su versión. En la audiencia de juzgamiento por lesiones, ella indicó que la herida de su rostro se la hizo sola. “Yo me alteré porque soy violenta. Le di cachetadas y él por defenderse levantó la mano. Me tocó sin querer y me caí al piso”.
Tras escucharla, el Tribunal Noveno de Garantías Penales de Pichincha declaró inocente a Luis M. El 28 de febrero pasado ordenó su libertad a pesar que “la víctima, por encontrarse en un círculo de violencia, cambió la realidad de los hechos”, detalla la sentencia.
Julio, expareja de Eliana, fue detenido seis meses antes de que se hallara el cadáver de la joven en el departamento que compartían. El 14 de febrero del 2013, la Policía registró el hecho como un caso de tenencia ilegal de arma de fuego.
Esa tarde, una vecina llamó a la Policía al escuchar un disparo en el sexto piso. “Otra vez los residentes del C62 estaban riñendo”, dijo. Uno de los guardias de seguridad agregó que escuchó una discusión y gritos antes de la detonación.
Para Eliana, las cosas pasaron así: “Él estaba limpiando la arma y se le fue un tiro”.
Disparos, golpes, fracturas, heridas en la cabeza o cualquier ataque previo son indicadores para determinar el riesgo de muerte de una víctima. Retractarse de una denuncia es otra señal, indica el borrador del protocolo del Consejo de la Judicatura.
El 18 de octubre del 2013, Rosa C. tenía ronchas en su cuerpo. Ella reportó a la Fiscalía que fue violada por su esposo y que le introdujo ají en sus genitales. Su pareja Romel P. dijo en la audiencia de flagrancia: “Como una forma de castigo, la bañé con agua fría y con ortiga”. Un mes después, la víctima sostuvo que su esposo no le hizo daño. “Es buena persona, me trata muy bien”.
“¿Ha intentado alguna vez estrangularla? ¿Le ha amenazado con matarla? ¿Tiene problemas con la bebida?.
Si usted contestó sí a alguna pregunta, se encuentra en un círculo de violencia, determina la Escala de Predicción de Riesgo de Violencia Grave. Este test es uno de los instrumentos que tiene el borrador del protocolo de atención.
Tras la autopsia de Eliana, el médico legista escribió que los moretones y heridas en su cuerpo eran “recientes y antiguos”. El padre de la víctima aseguró que no era la primera vez que su hija era maltratada.
El 5 de febrero pasado, Julio fue llamado a juicio como presunto autor del asesinato. El sospechoso contó que la noche de la muerte tuvo una discusión con su pareja, tomó pastillas y se quedó dormido. “Cuando desperté no sabía que estaba muerta”.
También contó que le puso una crema en la cara “para que cuando la encuentren no la vean fea”.
La Fiscalía señaló que el cadáver fue bañado, maquillado, cambiado de ropa; las sábanas eran otras y se limpiaron las manchas de sangre de la cama.
El 5 de marzo pasado, el detenido interpuso un recurso de nulidad…
Punto de vista
Carmen Proaño. Psicoterapeuta familiar
‘Las parejas las manipulan’
“El carácter cíclico de la violencia explica en parte por qué muchas mujeres no salen de él y lo viven durante años. La violencia generalmente no es constante y se acompaña por actitudes de arrepentimiento y cariño, lo que se conoce como fase de ‘luna de miel’. Estas actitudes contrastan con el lado violento de los hombres y, como las mujeres desean tanto que termine la violencia sin necesidad de dejar la relación, creen en la promesa de que dejarán de golpearlas. Ellos saben cómo manipularlas y, para este momento, la autoestima de las víctimas se ha destruido. Este patrón se repite en numerosas ocasiones y la mujer comienza a perder la confianza en las promesas de su pareja. Ahí, ella empieza a reconocer el carácter abusivo de la relación y que puede buscar ayuda para romper el círculo”.
No olvide
- Las comisarías del país fueron reemplazadas por 80 juzgados de violencia contra la mujer y la familia.
- La Fiscalía cuenta con psicólogos y trabajadores sociales en los Centros de Atención Integral.
- El botón de auxilio puede ser usado para denunciar agresiones en el hogar. Solicite su instalación en la UPC de su barrio.
- 5 489 Denuncias se presentaron en el país por violencia intrafamiliar en los últimos cinco meses