El mensaje en la camiseta blanca es contundente: “Justicia por el asesinato de Gabyto”. El hombre se pone la prenda y levanta una pancarta en la que pide que el plan de recompensas de los Más Buscados se aplique para todas las víctimas de la delincuencia.
Se llama Washington Caicedo y tiene 61 años. Su hijo, Gabriel, fue asesinado la madrugada del 23 de febrero del 2009 en el norte de Quito, pero tres años y cinco después no hay detenidos.
Según testigos, dos sospechosos lo golpearon y uno de ellos lo apuñaló en el corazón. El joven dio dos pasos y falleció frente a la casa de su ex novia.
Los dos inculpados dentro de ese caso no han sido detenidos. A uno lo arrestaron el 14 de enero, pero el Tribunal III de Garantías Penales de Pichincha dictó sentencia absolutoria a su favor.
Caicedo apeló el fallo y el 6 de julio pasado la Corte de Pichincha lo condenó a cuatro años de reclusión, pero el desconocido se fugó y no aparece hasta ahora.
Sentado en una banca, frente de al Consejo de la Judicatura, el padre del joven cuestionó ayer a los jueces. “El paradero de esa persona es desconocido pese a que hay una sentencia. Eso se pudo evitar si no lo hubieran dejado en libertad en la primera etapa del juicio. Ahora, ¿dónde lo vamos a encontrar? Acá reina la impunidad. No creo en la justicia”.
Las estadísticas oficiales refieren que en el 2011 solo el 13,2% (282 casos) de los 2 137 asesinatos registrados en el país ha recibido sentencia condenatoria.
Ese año, en Guayas apenas hubo 88 sentencias de 788 asesinatos. En Pichincha, en 58 de 223 muertes hubo condenas.
[[OBJECT]]
Las cifras molestan a los familiares. En cinco días se cumplirá un año del asalto al centro comercial El Recreo, sur de Quito. A las 18:00 del 25 de julio del 2011, cuatro personas atacaron con armas de fuego a un equipo de seguridad que llevaba bolsas con dinero y se dirigía a un blindado que estaba en el parqueadero.
En la puerta de ese sitio, los deconocidos abrieron fuego y uno de los guardias del centro comercial falleció. Los policías dijeron que el grupo huyó en una camioneta doble cabina, que luego fue encontrada en el sector de San Bartolo, en el sur. Tras el incidente no hubo aprehendidos.
Un hecho similar ocurrió a las 19:00 del 18 de junio del 2012 cuando siete desconocidos asaltaron el centro comercial Quicentro Sur, en Quitumbe. Ese día, un grupo de desconocidos abrió fuego contra los guardias de un blindado que transportaba dinero.
Los armados huyeron en una camioneta. El mismo día del hecho, siete personas fueron detenidas. Sin embargo, el juez Vigésimo Tercero de lo Penal de Pichincha, Lenin Díaz, ordenó la libertad de los sospechosos. El judicial justificó el fallo a “la falta de elementos de pruebas”.
La Fiscalía se abstuvo de calificar la flagrancia ya que no existían indicios que vinculen a los presos con los incidentes del Quicentro.
Allí murió Tito Morocho, de 58 años, y ayer uno de sus familiares temía que el caso quede impune. “No tenemos más que confiar y esperar que se haga justicia. Solo nos han dicho que están en buen camino y avanzan (las indagaciones). En los próximos días esperamos tener algo más concreto”.
Caicedo se sorprende cuando recuerda el caso del Quicentro. Saca recortes de los periódicos en los que aparecen las fotos de los hombres investigados por la muerte de su hijo y dice que él tuvo que hacer de investigador. “Para buscar a los culpables de la muerte viajé a Shushufindi, Lago Agrio, Esmeraldas. Me disfracé de pordiosero, de vendedor ambulante, pero no conseguí nada”.
Hubo casos en que la gente les mintió. “Lamentablemente hubo chicos que nos engañaron. Hubo jóvenes que nos dijeron saber dónde estaban las personas que mataron a mi hijo. Nos pedían USD 20, salíamos en las madrugada y todo resultó ser falso”.
Los cifras de la impunidad también se repiten este año, pues de 922 crímenes, apenas en 129 se han fijado sentencias. De 311 hechos registrados en Guayas, en 42 casos hubo sentencias. En Pichincha: 12 condenas, pese a que se reportaron 113 asesinato.
En julio del 2010, el relator de las Naciones Unidas sobre ejecuciones extrajudiciales, señaló que “la tasa de homicidios en Ecuador se ha duplicado en los últimos 20 años. En 1990 era de 10.3 homicidios por cada 100,000 habitantes; en 2009 alcanzó 18,7 y los estimados a la fecha para 2010 sugieren un incremento a 20”.
Luego señaló: “No obstante, las estimaciones proporcionadas por las autoridades gubernamentales indican que sólo el 1,3% de las muertes denunciadas a la policía terminaron efectivamente en una sentencia condenatoria. Y es casi seguro que esta tasa está sobreestimada”.
Por revelaciones como estas, Caicedo pide a los jueces que se agiliten y se mejoren las investigaciones de los asesinatos.
Haga click aquí para ver la infografía
[[OBJECT]]