Para la madre de David Romo, Alexandra Córdova, la Fiscalía se equivocó al pedir un año como sanción para el acusado. Foto: EL COMERCIO
“Ayuden a David para que lo liberen. No lo hagan sufrir por USD
7 000. No hagan nada con el Gobierno porque más lo hacen sufrir”. Este fue uno de los mensajes extorsivos que recibió Juan Arcesio Córdova, abuelo del estudiante de periodismo David Romo Córdova, ahora de 23 años, quien lleva 1 058 días desaparecido, desde el 16 de mayo del 2013.
Ese tipo de mensajes de texto los recibió en su teléfono celular entre el 27 de septiembre y el 22 de octubre del 2015. Luego, la Unidad Antisecuestro y Extorsión de la Policía Nacional (Unase) detuvo a Humberto R., de 36 años, para las investigaciones por extorsión.
La mañana de este viernes 8 de abril del 2016, se realizó la audiencia de procedimiento abreviado en la que el sospechoso aceptó el delito que cometió y se le impuso un año de cárcel como pena mínima. El abogado defensor del sospechoso, Johny Chevez, manifestó que su defendido estaba apenado por lo que hizo. “Fue una broma de mal gusto, no quiso hacerle daño a la familia”, expuso durante la diligencia ante el juez penal Raúl Salgado.
Allí también se encontraba la madre del joven estudiante universitario, Alexandra Córdova, quien manifestó que la pena mínima por extorsión, según el Código Penal, es de tres años. A su juicio, la Fiscalía se equivocó al pedir un año como sanción para Humberto R. Con ese criterio coincidió su abogado, Henry Espinoza.
“¿Cómo puede ser posible que las personas actúen de esa manera y le den apenas un año? A más de eso pidieron que se le suspenda la pena (…) Lo que necesitamos es que el Estado me diga qué fue lo que pasó con mi hijo y dónde está”, manifestó Alexandra Córdova al final de la diligencia.
Por otro lado, Chevez manifestó que pedirá la suspensión de la pena que pesa en contra de Humberto R. Tras la audiencia, el sentenciado fue trasladado al centro de rehabilitación social de Cotopaxi.
David Romo desapareció la noche del 16 de mayo del 2013 en Quito. Lo último que se supo de él fue que tomó un bus con dirección a su vivienda, ubicada en la Mitad del Mundo, y desde ese día su paradero es desconocido.