Fue una noche eterna. En las salas de espera de cinco centros hospitalarios, los familiares de 25 personas rescatadas del incendio en el edificio Las Cámaras esperaban la llegada de médicos con buenas noticias. El humo que saturó los siete pisos de la Torre A había afectado gravemente el sistema respiratorio de quienes pudieron escapar con v ida del siniestro.
Las salas de espera de la Clínica Kennedy, Omni Hospital, San Francisco, Kennedy Alborada y Hospital Luis Vernaza concentraron la preocupación de los parientes y amigos desde la tarde del lunes. En los tres primeros sitios, seis personas rescatadas se mantienen en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
La clínica Kennedy fue la que más casos críticos registró. De los 11 pacientes que están allí, cuatro continúan en la UCI. A las 11:00 de ayer, el director del centro hospitalario, Édgar Lama informó sobre el estado de los pacientes de esa unidad.
Paola Flores, quien perdió a una neonata de siete meses la noche del lunes, es una de las pacientes de la UCI. “Se ha logrado salvarle el útero hasta el momento, ella tuvo un desprendimiento de placenta”, dijo el médico.
Sin embargo, ella no es la más grave en la UCI. Rebecca Vivar (21 años) y María Priscila Loor (33 años) permanecen sedadas y con tubos instalados en sus vías respiratorias para permitir el paso del oxígeno a sus pulmones.
Ambas padecen de distrés respiratorio por quemaduras en las vías aéreas superiores, dijo el médico. “Es como una persona asmática que se le hinchan las vías aéreas. Esto hace que la persona entre en un estado de desesperación tóxica porque no respira bien y se siente asfixiar continuamente”, explicó Lama a los medios.
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Además, dijo que la irritación y las quemaduras se producen por inhalar humo tóxico caliente, proveniente del plástico quemado. Lama agregó que el pronóstico es reservado hasta después de 92 horas. Durante ese período, esperará“que la mucosa que está quemada se caiga, esto produce grumos en las vías aéreas que causan también asfixia”.
En el UCI del Omni Hospital también tratan un caso similar. Guido Moreno Córdova, gerente médico de ese centro, dijo que Nathalie Andrade (28 años) también permanece sedada y con respiración asistida.
Durante la tarde del lunes, ella llegó casi inconsciente al hospital. “Hubo necesidad de ponerle en cirugía menor un tubo endotraquial. Es un dispositivo que permite el ingreso de aire cuando la persona ya tiene dificultad para respirar, ella la tenía”.
Moreno explicó que la inhalación de humo puede provocar la carga de monóxido de carbono, pero que se lo revierte con la oxigenación del paciente. Los demás rescatados en ese hospital están en cuidados intermedios.
Entre ellos dos bomberos: Ricardo Jairala (jefe de la Sexta Brigada) y Alexander Bajaña, quienes padecen de irritación respiratoria, por lo que recibieron oxígenoterapia. La condición es estable hasta ahora, pero deberán seguir un proceso de recuperación.
Otro es Eddie González, de 51 años. Él estaba en una capacitación en la Cámara de Industrias, junto a Flores y cinco trabajadores más de Cervecería Nacional. Ayer su voz se escuchaba afectada y llevaba una mascarilla por la que recibía oxígeno.
Contó que las dos horas que duró el rescate le parecieron eternas. Junto a sus compañeros quebró algunas ventanas del cuarto piso para poder respirar. “Estaba guindado boca abajo, como los bomberos nos decían”, expresó.
Ellos percibieron que había un incendio por el olor a quemado. “No sonaron las alarmas”, dijo. A su lado estaba su esposa, Aide Pincay. Ella se enteró del incendio por las noticias.
“Me sonaba el celular, pero no contesté a nadie. Quería hablarles cuando ya estuviera bien”, expresó González. Su esposa y amigos lo llamaban el lunes para saber si ya había sido rescatado.
En tanto ayer, amigos de los internados contactaban por teléfono a los familiares para darles palabras de fuerza y consuelo.
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Alvarado, sepultada
La tarde de ayer fue sepultada Jackeline Alvarado, asistente administrativa de la Cámara de Industrias, quien murió al caer desde el cuarto piso.
Familiares, compañeros y amigos acompañaron el velatorio y su traslado al Cementerio General por la puerta 8. Laboró 31 años en la entidad.
La otra fallecida, Estefanía Briones, quien tenía dos meses y medio como recepcionista en la Cámara, murió asfixiada.
Esperan la llegada de familiares del extranjero. Es velada en Jardines de la Esperanza.