La salida contra la delincuencia y la inseguridad no está en aumentar las penas ni en dramatizar los ánimos a tal punto de que se quite la prisión preventiva o cosas así.
El auge de la delincuencia está en el hecho de que mucha gente se ha quedado sin empleo, hay quienes trabajaban en empresas supuestamente estables, pero ya no tienen esos campos de trabajo. El desempleo está atado a la poca expectativa de vida.
La violencia es la consecuencia del estado en el que estamos. Si bien los bonos pueden sustentar algo, hacen tomar consciencia de que una persona es un mendigo y de que el Estado le va a solventar cuando tenga necesidades, pero no estimula a la gente a ser creativa, a trabajar, a producir, a proveerse de lo suyo. La solución es invertir en el agro, en el trabajo, en el empleo.
El crimen organizado tiene su asentamiento, sobre todo, en ciudades grandes, no podemos desconocer eso y contra eso sí el Estado debe tomar medidas severas. Sin ofender, sin limitar, pero se necesita un mayor control de extranjeros, porque el crimen organizado está atravesado por el narcotráfico, liderado por México y Colombia.