Apenas le faltaban tres meses para retirarse. El sargento de Policía Jacinto Carrillo, de 48 años, había planeado dejar la institución en diciembre próximo. Rosa, su hermana mayor, estaba contenta de que finalmente dejara de patrullar. “Era demasiado bueno, ya no tenía que estar en las calles”, decía ayer entre sollozos.
Carrillo recibió un impacto de bala durante un patrullaje de rutina, la noche del miércoles. El uniformado falleció a las 10:00 de ayer, en el Hospital de la Policía de Guayaquil, luego de fallidos intentos de los médicos por salvarle la vida. El uniformado había ingresado con escasos signos vitales, y con un proyectil alojado en el lado derecho del cráneo.
La noche del hecho, Carrillo y otro compañero patrullaban las calles del sector conocido como El Arbolito, en la periferia del cantón Durán, en Guayas.
Según un primer informe de la Policía, los uniformados revisaban los documentos a los conductores cuando aproximadamente a las 23:00 detuvieron a dos desconocidos abordo de una motocicleta que parecían sospechosos.
El patrullero obligó a los ocupantes de la motocicleta a detener la marcha. Entonces Carrillo pidió la cédula a uno de los ocupantes de la moto. “Dijo que los documentos no los tenía porque los había dejado en la casa, y que solo habían salido para comprar unas medicinas”, relató el compañero de Carrillo, quien resultó ileso y luego solicitó auxilio.
Uno de los ocupantes de la motocicleta sacó intempestivamente un arma y disparó al patrullero. Una de las balas traspasó el vidrio e impactó a Carrillo en la cabeza. El compañero del Policía baleado relató en la Fiscalía de Durán que logró salvar su vida ocultándose detrás del patrullero.
El sargento Carrillo fue llevado de urgencia a una clínica privada de Durán y luego trasladado al área de Cuidados Intensivos del Hospital de la Policía, en el norte de Guayaquil. Hasta la mañana de ayer permanecía en coma, pero poco después se confirmó su muerte por paro cardíaco.
La Policía levantó ayer, desde las 13:00, una capilla ardiente dentro del Cuartel Modelo. En el sitio se congregaron los familiares y compañeros del policía fallecido.
Delante, a escasos dos metros del féretro, permanecían en silencio los familiares más cercanos. Silvia, otra hermana del occiso, se aferraba a sus dos sobrinos de 18 y 11 años de edad que quedaron huérfanos.
Hasta el lugar llegó el general Wilson Alulema, jefe de Estado Mayor de la Policía Nacional. Abrazó a las hermanas del uniformados y las consoló. “Es lamentable este fallecimiento, pero ese es un precio que pagamos los policías prácticamente todos los días, por la intensa labor que tenemos que desarrollar”, manifestó.
Se preveía que el cuerpo de Jacinto Carrillo fuera trasladado la tarde de ayer, desde las 16:00, al cantón El Triunfo (Guayas), de donde era oriundo.
Carrillo llevaba 20 años en la institución. Los últimos cinco años estuvo asignado a la Jefatura cantonal de la Policía de Durán.
La misma noche de la muerte del sargento Carrillo, los grupos especiales de la Policía armaron un intenso operativo en el cantón para ubicar a los sospechosos de disparar a su compañero.
La Policía allanó tres viviendas en las cooperativas de vivienda Cali Murillo y Roberto Gilbert, y en dos de ellas detuvo a dos personas y decomisó armas.
El Juzgado XVIII de Garantías Penales de Durán dispuso el jueves por la mañana la prisión preventiva para los detenidos, Carlos M., de 25 años, y Washington S., de 18. Entre las evidencias, la Policía presentó ayer un revólver de fabricación nacional, varios cartuchos y un uniforme de camuflaje de uso militar, supuestamente halladas en una de las viviendas.
Alulema dijo ayer que se buscaba intensamente a un hermano de Carlos M., quien se presume sería el que disparó al policía. “No vamos a descansar hasta que se detenga al causante de la muerte. Ya estamos tras la pista”.
Alulema mencionó que el presunto autor de la muerte de Carrillo será incluido en la lista de los 10 delincuentes más buscados.
Con la muerte de Carrillo suman cuatro los policías víctimas de la delincuencia desde enero hasta la fecha solo en Guayas. Los primeros dos uniformados fallecieron este año, el policía Cristian Granizo y el cabo segundo Christian Cúñez fueron baleados en el Suburbio de Guayaquil (ver cronología). Cúñez recibió un impacto de bala mientras indagaba la muerte de su compañero Granizo.
Sobre el crimen de Granizo, la Policía Judicial presentó ayer a Freddy G., quien tenía una orden de detención por su presunta participación en la muerte del uniformado. La Policía lo detuvo en la cooperativa Rosa Aguilera, del Guasmo, en el sur de Guayaquil, durante un patrullaje.