En el barrio Las Delicias, de San Lorenzo, en donde se destruyeron numerosas viviendas, la explosión de Borbón era el tema de conversación entre los vecinos. Foto para EL COMERCIO
El estallido de un artefacto explosivo en la localidad de Borbón, cantón Eloy Alfaro, en el norte de Ecuador, la mañana de este viernes 16 de marzo del 2018, también causó preocupación entre los habitantes del vecino cantón San Lorenzo.
Los ciudadanos de este último poblado, situado en la frontera con Colombia, recordaron un atentado parecido que sucedió el 27 de enero en la localidad. Ese incidente, que ocurrió a las afueras del Comando de Policía, provocó 28 heridos y más de 100 personas afectadas.
En el barrio Las Delicias, de San Lorenzo, en donde se destruyeron numerosas viviendas, la explosión de Borbón era el tema de conversación entre los vecinos. Martha Jiménez comentaba que ya no se puede estar en paz en Esmeraldas. “Uno vive ahora con el temor de que pueda ocurrir otra desgracia parecida”.
Junto a otras personas, la ama de casa, dialogaban en una acera, en la parte posterior del cuartel policial. Desde ese sitio se puede observar las ventanas del edificio del Comando de Policía con plásticos de color negro, que reemplazan a los cristales destruidos.
En la parte baja de la dependencia de la fuerza pública, obreros de la construcción levantan un nuevo cerramiento. “Luego vamos a derrocar las paredes y hacer unas nuevas”, asegura uno de los 15 técnicos que realizan las tareas de restauración.
Pero en las viviendas vecinas del reparto policial las casas quedaron abandonadas, con las paredes y los techos destruidos. La mayoría tiene adhesivos con una leyenda que advierte que no pueden ser habitadas.
Luz Páez, una vecina del sector, cuya casa resultó averiada, asegura que ha pasado un mes y medio y aún no reciben ayuda. Comenta que técnicos del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) hicieron una evaluación y ofrecieron ayudarles a reconstruir las viviendas dañadas por la onda explosiva. Mientras tanto, está asilada en la casa de unos amigos.
San Lorenzo y Borbón están vigiladas por personal de la Policía y Fuerzas Armadas, que recorren las calles. A las afueras del Comando de Policía de San Lorenzo se colocaron vallas en las calles aledañas, que impiden la circulación de los vehículos.
Mientras tanto, un helicóptero de las Fuerzas Armadas sobrevuela estos poblados, que se encuentran en estado de excepción desde enero pasado. Ayer en el norte de Esmeraldas se decía que la medida se podría extender por 60 días más. Ni en la Gobernación ni en el Municipio de San Lorenzo confirmaron esa posibilidad. Únicamente señalaron que esa medida se podría tomar a partir del estudio de los informes del último atentado en Borbón.