El Kia Sportage rojo quedó parqueado apenas 10 minutos. Pero cuando su dueño regresó, el vehículo ya no estaba en la calle Ulloa (norte de Quito). Allí lo había dejado luego de que su tío pidió que lo ayudara, pues las llantas de su carro se quedaron sin aire.
La mujer que vigilaba el parqueadero aseguró que dos jóvenes se lo llevaron. El caso llegó a la Policía Judicial de Pichincha (PJP) de inmediato, pero un mes después, Pablo Baldeón aún busca su vehículo. Los agentes dicen que han recibido más denuncias por robo de este tipo de automotores.
Según estadísticas del Observatorio Metropolitano de Seguridad en Quito (OMSC), el robo de carros registró un incremento en el 2012. En los primeros 11 meses se reportaron 1 933 denuncias, mientras que en el 2011 hubo 1819 casos en todo el año.
El caso de Baldeón ocurrió a las 13:00 del 30 de noviembre pasado, luego de salir de la graduación de su hija en la Universidad Técnica Equinoccial (UTE).
En el 16° informe de Seguridad Ciudadana, el OMSC señala que el 92% de robos de autos ocurre en la vía pública. El 8% restante se registra en estacionamientos, locales comerciales y “otros lugares”.
Investigaciones de la Brigada de Automotores de la Policía Judicial de Pichincha (PJ-P) refieren que existen dos tipos de bandas dedicadas al robo de vehículos. Hay grupos que asaltan a las víctimas mientras estas conducen sus autos.
Según los agentes, en estos casos, los sospechosos operan entre tres y cuatro personas, se suelen ubicar cerca de los semáforos y en zonas de poca afluencia de peatones.
Por eso se sugiere tomar precauciones como, por ejemplo, mantenga las puertas aseguradas y las ventanas arriba; llevar los objetos de valor en sitios no visibles, pues eso puede hacer que los desconocidos intenten agredirlo.
También hay bandas delictivas que actúan cuando los automotores están estacionados, como ocurrió con Baldeón. Los desconocidos utilizan una llave maestra a la que también la denominan ‘bella’ y abren la puerta del carro.
Un robo de este tipo le ocurrió a Galo Minda, la noche del 18 de agosto. Estacionó su auto Chevrolet Corsa en la av. Cardenal de la Torre (sur de Quito). Lo dejó 30 minutos y en ese tiempo los sospechosos abrieron la puerta derecha y se llevaron el cerebro y el radio.
A su regreso, Minda encontró la puerta semiabierta y cables cortados. “Rompieron un pedazo de la puerta. El mecánico la enderezó para que se pueda cerrar”.
Por eso también se recomienda estacionarse en áreas bien iluminadas y concurridas. Eso podría ahuyentar a los grupos delictivos.
Cuando regrese al auto esté pendiente de personas que pueden estar cerca de su vehículo, quizá puedan esperarlo para atacar.
Los datos del OMSC señalan que la mayor cantidad de robos son en las noches. De los casos contabilizados desde enero del 2011 hasta noviembre de este año, 1911 ocurrieron luego de las 18:00.
Un agente de la Brigada de Automotores de la PJ-P advierte que los sectores de mayor incidencia de robo de autos se encuentran en Iñaquito y Carcelén (en el norte) y la Magdalena y Guamaní (sur).
Al día siguiente del robo, Minda consultó en Internet los precios de los cerebros que se ajustaran a su tipo de auto. En la pantalla se desplegaron anuncios de venta de repuestos de segunda mano. Llamó a uno de los números y el contacto le indicó que sí tenía el cerebro para el Chevrolet Corsa.
“Me costó USD 300. Dos hombres vinieron a mi casa y colocaron el cerebro en 15 minutos”.
De hecho, en el sur de la capital, la Policía ha identificado cuatro sitios de venta de piezas usadas: El Camal, Solanda, La Mena y Chillogallo. Según los uniformados, los vendedores trabajan “bajo pedido”. Es decir, primero esperan la llamada de una persona, buscan los repuestos y entregan en un lugar seguro para ellos. De esta manera evitan ser detenidos.
Para Washigton Caicedo, la compra de repuestos sin documentos de respaldo solo fomenta la cadena delictiva. A su hijo, Adrián, le desvalijaron la camioneta la madrugada del miércoles último. Los sospechosos se llevaron el tablero, los inyectores, el cabezal, entre otras piezas del motor.
El joven tuvo un problema mecánico y optó por dejar el vehículo en una gasolinera ubicada en el norte de Quito. Al día siguiente regresó y encontró la camioneta desvalijada.
“Pensamos que los despachadores lo vigilarían. Ellos dijeron que no vieron nada”, cuenta.
En la PJP, los agentes sostienen que los accesoristas no se relacionan con otras dos bandas que sustraen autos. En estos casos, los sospechosos usan destornilladores o bujías para abrir el automóvil. Baldeón sospecha que la mujer que vigilaba la calle pudo haber ayudado a los dos desconocidos. Ahora, él se quedó con una deuda de USD 20 000 que aún está pendiente.
Las sugerencias
Semáforos. Cuando se detenga en un semáforo o cruce peatonal esté alerta. Mantenga su auto listo para reiniciar la marcha en caso de ver algún sospechoso.
Estacionamiento. Verifique que la zona donde parquea su vehículo no sea peligrosa en la noche. No permanezca mucho tiempo dentro del auto estacionado. Puede ser una víctima fácil para la delincuencia.
Seguridad. Si sufrió el robo de la tapa del tanque de gasolina, cambie las llaves de su auto. Los sospechosos roban esta pieza para hacer una copia de la llave.
Viajes. Cuando esté conduciendo su vehículo, mantenga los vidrios semiabiertos. Las puertas deben permanecer siempre con seguro. Evite las rutinas.
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