Los desconocidos apuntaron a Marcelo B. con una pistola y le robaron la motocicleta, el dinero y su teléfono celular. Ocurrió en una calle oscura de un barrio del norte de Quito, mientras entregaba una orden de comida china, que había sido pedida a domicilio.Eran las 21:45. El repartidor recuerda que al aproximarse al sitio notó que dos personas se movían de forma sospechosa por la acera contigua a la vivienda. A su juicio, ellos llamaron a pedir la orden y lo esperaron para robarle.
Según el administrador de una pizzería del norte de Quito, los repartidores de comida que se movilizan en motocicleta se exponen a más peligros mientras trabajan. Según administradores de restaurantes, los asaltos se han vuelto frecuentes.
Por esa causa, hay locales que han rediseñado los mapas de reparto de comida. En una pizzería, ubicada en el sector Granda Centeno, el servicio a domicilio se redujo en febrero casi a la mitad de su zona de cobertura inicial. Allí solo explican que la medida se adoptó por la inseguridad.
El administrador de otra pizzería en las inmediaciones de La Carolina señala que ahora ya no hacen entregas en determinados sectores de la capital. “Nosotros no subimos hasta la zona alta del barrio San Juan (centro). En diciembre le asaltaron a un compañero en ese sector y le quitaron la motocicleta, USD 340 y el producto”, manifiesta.
Lo mismo sucede en un restaurante de comida china ubicado cerca de la Plaza de Toros. “En la noche no recogemos pedidos para entregarlos en La Mariscal. Es una zona peligrosa y optamos por no ir allá”, dice un representante.
Dicho restaurante adoptó otra medida: toma en cuenta el registro de llamadas de los clientes. “Si el pedido es de una persona de la que tenemos su número telefónico en la computadora, vamos con más tranquilidad”.
Pero cuando la llamada proviene de un teléfono que no consta en la base de datos, se refuerza la seguridad para “evitar inconvenientes. En esos casos manejamos con mayor precaución y nos percatamos de que nadie nos siga. En ocasiones entregamos los pedidos entre dos personas y nos evitamos percances”.
En otra pizzería del norte también se replanteó el mapa de abastecimiento. Sus motorizados ya no hacen entregas en la zona alta del barrio El Inca. Uno de los empleados dice que tampoco llegan a los sectores Buenos Aires, El Edén y Amagasí de El Inca.Otra pizzería de las inmediaciones de La Mariscal aún no ha restringido el servicio a domicilio. Sin embargo, dice que en el barrio La Tola (centro) han tratado de asaltar a los repartidores. “Cuatro desconocidos en motocicletas se les cruzan para hacerles daño”, dice. “En la mayoría de casos se roban la moto y el dinero”, cuenta otro empleado.
A escala nacional, la Dirección Nacional de la Policía Judicial registró un incremento en los robos a motos en Pichincha: de 846 en el 2009 a 1 013 en el 2010.
Los repartidores de comida a domicilio pierden las motos. Según la Policía Judicial, a escala nacional, 4 888 fueron sustraídas en el 2010 y 4 838 en el 2009.
Los asaltos y robos a personas también subieron en Pichincha. En el 2009 hubo 4 229 hechos, mientras que en el 2010 se reportaron 4 400 casos.
Según el Observatorio de Seguridad Ciudadana (con información hasta julio del 2010), el sector donde se reporta un mayor índice delictivo es el norte de Quito. La zona turística de La Mariscal y los alrededores del parque La Carolina son los sitios donde más personas sufren robos y asaltos.
Un empleado de otro restaurante señala que en las noches ellos son más vulnerables. Por eso se comunican de forma permanente con otros repartidores para evitar atracos. “A veces sucede que nos piden una orden en los pisos altos de los edificios. Cuando entregamos la comida y bajamos, nuestras motos desaparecen”.