Santiago Romo no sabe qué hacer. Asegura que con la regulación de la venta de licor -dispuesta por el Gobierno- su negocio podría registrar pérdidas. Él es propietario de la tienda Micro Elenita, ubicada en el sector de la Villa Flora, en el sur de Quito.
Normalmente -agrega- comercializa entre 70 y 80 jabas de cerveza por mes. Es el producto más demandado y el que más ganancias genera, especialmente los domingos. “La gente consume la bebida luego de hacer deporte o en reuniones familiares”.
Ese día, sin embargo, no se podrá comercializar bebidas alcohólicas desde este fin de semana. Así lo dispusieron los ministros de Gobierno, Gustavo Jalkh, y de Turismo, Freddy Ehlers. Ellos suscribieron un acuerdo anteayer para establecer horarios en la venta del licor. Por ejemplo, los locales de abarrotes, tiendas, comisariatos y licorerías solo podrán vender hasta las 22:00 los viernes y sábados.
Mientras que para las discotecas, peñas, salas de banquetes, centros y complejos convencionales hay dos cronogramas: de lunes a jueves se permitirá la venta hasta las 24:00. El viernes y el sábado el horario se extenderá hasta las 02:00 de la mañana.
Según Jalkh, el consumo de bebidas alcohólicas es un detonante para el cometimiento de delitos.
La intendenta de Pichincha, Lourdes Garcés, dice que unidades de Policía Comunitaria colaborarán en los controles. Además, levantarán información en los barrios para ubicar los sitios de expendio que cumplen con la regulación. “Habrá una fase de información y luego se procederá a las sanciones: multa de USD 100 y el cierre del negocio durante ocho días laborables”.
Según la Intendenta, se elaborará una base de datos para identificar a los reincidentes. Ellos se exponen a una clausura definitiva del negocio.
Los operativos de control se inician hoy, en coordinación entre con la Fiscalía y la Intendencia. Quienes tomen licor dentro de autos o esquinas podrán ser detenidos siete días, según Garcés.
Los operativos se realizarán con la colaboración de las seis unidades de Policía de Vigilancia de Quito. “Tendremos personal uniformado y civil. El segundo ingresará a los establecimientos antes de los controles, para identificar a los administradores. Luego nos comunicaremos y tomaremos las medidas que sean convenientes”.
José Díaz, administrador del bar Azuca (norte de Quito), cree que la nueva disposición no reducirá el consumo de licor, pues la gente buscará otras formas de evadir la disposición. “Si a ti te restringen beber trago hasta las 00:00, de seguro vas a comenzar a hacerlo más temprano”.