Los acuerdos se hacían dentro del cuartel de Quevedo. Era mayo del 2021 cuando los militares de esa ciudad empezaron a escuchar que uno de sus compañeros tenía un “negocio redondo” con el que podían duplicar sus ganancias en apenas siete días. Ese personaje era el cabo primero Miguel Ángel Nazareno, a quien después se lo conoció como ‘Don Naza’. Un militar que estuvo en ese recinto hace un año contó a este Diario que el rumor de los altos intereses se propagó por todo el cuartel en menos de 15 días. “Nos das USD 1 000 y en ocho días tienes USD 1 900. Así de sencillo. Todo es seguro”. Estas eran algunas de las frases que utilizaba un grupo de allegados a Nazareno para captar el dinero de los soldados. Poco a poco los uniformados empezaron a reunir grandes cantidades de dinero para luego llevarla a la casa de Nazareno, en la parroquia Venus de Quevedo.
En las calles, los vecinos dicen que era muy común ver a los militares en las afueras de la vivienda donde se constituyó la captadora ilegal de dinero Big Money. De hecho, a pocas cuadras está un conjunto residencial solo de militares. “Desde allí salían con los fajos de plata e iban directo a la casa de ‘Don Naza’ todos los días”, dice un hombre que vive cerca de las villas. Los militares de Quevedo cuentan que a las tres semanas de la creación de Big Money en todo el cuartel se conformaban grupos de 10, 15 y hasta 20 militares para hacer una sola inversión.
“Cada uno ponía USD 10 000. Si eran 10 ya estaban USD 100 000. Esa plata la entregaban al ‘Naza’. Ellos decían que mientras más era el monto, más segura era la devolución”, cuenta un militar que dice no haber aceptado ese negocio.
La red creció por el boca-oído
Pero con el paso del tiempo más militares de todas las provincias se sumaron. Este Diario conversó con un oficial de Guayaquil.
El uniformado también confirmó que por los chats se cruzaban la información. “Yo metí USD 5 000 en un grupo de ocho compañeros, pero me retiré enseguida cuando supe que esa plata no era legal”, dice. La Fiscalía también tiene datos de estas inversiones ilegales que realizaban los militares.
De hecho, las investigaciones por el crimen de alias ‘Don Naza’ revelan que uno de los últimos sitios a los que acudió en vida fue al Ministerio de Defensa. Allí se reunió con militares en servicio activo a quienes adeudaba dinero.
Parte de las evidencias de esa visita son fajos de billetes. Tres semanas después de esos encuentros, en el Ministerio de Defensa aún no conocen con certeza cuántos militares estuvieron involucrados en esta red ilegal. Tampoco hay sancionados por invertir dinero ni cobrar intereses ilegales.
El nuevo ministro de Defensa, Luis Lara, manifestó ayer que entre sus primeras actividades en el cargo será conocer a detalle cómo avanzan estas investigaciones.
No obstante, en los reglamentos de conducta de FF.AA. no se indica ninguna sanción por ser parte de inversiones ilegales o participar en captadoras de dinero ilegal. Pero sí se estipula en su sección de faltas graves sanciones para quienes “exigen a los subordinados préstamos de dinero o bienes de carácter personal; prácticas de juegos de azar, en actos del servicio; abusar del grado, cargo o nombre de la Institución para ejercer venganzas personales o promover negocios en beneficio propio o de terceros y exigir o insinuar a los subordinados a que participen en rifas o sorteos, para obtener fondos en beneficio personal o de terceros”. Pero los militares no son los únicos que participaron del negocio ilícito de Big Money.
Toda la fuerza pública
La Fiscalía tiene datos de que policías de Quevedo y otras ciudades también estuvieron dentro de la lista de ‘inversionistas’ de ‘Don Naza’. En los expedientes judiciales reposan imágenes de los agentes haciendo fila en los exteriores de un complejo privado que también fue sede de la captadora ilegal. La Policía tampoco ha revelado cuántos de sus agentes estuvieron involucrados en estos hechos.
Por ende, no hay sanciones disciplinarias. Aunque existe información que son alrededor de 300 uniformados. El reglamento de conducta de la Policía también carece de artículos que se relacionen con actividades ilícitas como la captación de dinero. Las faltas atentatorias también hablan sobre el abuso de poder y las conductas indebidas como “hacer requerimientos reñidos con la moral, abusando de su jerarquía y sacar personal de los repartos policiales para actos ajenos al servicio y que estén en contra del orden y la moral”.
La participación de militares y policías en captadoras ilegales de dinero no es nuevo. En el negocio ilegal del notario Cabrera hace 17 años también estuvieron involucrados oficiales y personal de tropa de las dos instituciones. En ese entonces tampoco hubo sanciones, pero sí fuga de los capitales.