La Policía investigará si un error de procedimiento pudo contribuir a la muerte de dos agentes. El doble crimen ocurrió por una fallida orden de arresto en un juicio de alimentos, la noche del lunes, en el cantón Vinces, en Los Ríos.
Tres policías debían ejecutar la orden de detención emitida el mismo día por el Juzgado VIII de lo Civil de Los Ríos. El juez había dispuesto el arresto de Julián M. como medida cautelar dentro de un juicio de alimentos.
Julián M. fue detenido en un sector del recinto Bagatela, a las 21:10. Cuando el hombre era embarcado en el patrullero, habría arrebatado el arma de dotación a un uniformado.
En el parte policial, elaborado a las 01:00 de ayer en la UPC de Bagatela, se refiere que los uniformados de esa unidad salieron la noche del lunes para ejecutar la orden de detención. “Los señores policías procedieron a detener a Julián M. Sin embargo, (cuando) fue ingresado al patrullero, se produjo en ese instante un forcejeo”, refiere el documento.
“El detenido le arrebató el arma de dotación al cabo Bernardo C. para inmediatamente proceder a dispararle en el hombro derecho. Y acto seguido procede a dispararles al sargento Wilson A. y al cabo Eddy S., a la altura del cuello, cayendo gravemente heridos”.
El sargento Wilson A., de 42 años, recibió un disparo a la altura de la yugular y murió en el trayecto al hospital Nicolás Cotto Infante de Vinces. Así lo confirmó ayer el jefe del IV Distrito de la Policía, Manuel Nieto. El oficial dijo que la condición del subalterno era muy grave y que no resistió el traslado al hospital.
Los otros dos uniformados heridos, los cabos Eddy S. y Bernardo C. fueron llevados al mismo hospital vinceño, pero poco después fueron remitidos al Hospital de la Policía de Guayaquil.
El cabo Eddy S., de 33 años, ingresó con dos impactos de bala en el pecho. A las 03:00 de ayer los médicos confirmaron su deceso. Según uno de los médicos tratantes del hospital, el sargento Wilson A. llegó con una lesión seria en el bazo, lo que le produjo una hemorragia interna.
Mientras, el cabo Bernardo C. permanecía hasta la tarde de ayer bajo observación en una de las salas del Hospital de la Policía, en el norte de Guayaquil.
El Instituto de Seguridad Social de la Policía (Isspol) registró las muertes de 60 policías en el país, entre el 1 de enero y el 18 de octubre de este año. De ellos, solo cinco eran oficiales. En la Policía, en Guayaquil, ayer se informó que 21 uniformados han fallecido durante la ejecución de diversos operativos, desde octubre 2010 y este mes. De esas muertes, nueve se registraron en Guayas.
En la provincia, el más reciente crimen se produjo hace un mes. La noche del 23 de septiembre fue baleado el sargento Jacinto Carrillo, de 48 años, durante un operativo de rutina que él y otro gendarme realizaban en un sector del cantón Durán.
Carrillo recibió un disparo en la cabeza. Fue llevado al Hospital de la Policía de Guayaquil, pero falleció esa misma noche. Su compañero de patrullaje, que salió ileso del ataque, declaró en la Fiscalía que revisaban los documentos a dos hombres que transitaban en una motocicleta, cuando uno de ellos repentinamente sacó un arma y les disparó .
Este año, las dos primeras bajas en la Policía se reportaron a principios de enero, en Guayaquil. El 10 de enero fue disparado el policía Cristian Granizo en el Suburbio. Apenas dos días después murió otro policía, el cabo segundo Christian Cúñez. Este último recibió un disparo en la cabeza, mientras indagaba en el Suburbio la muerte de su compañero.
Ayer, el acceso al cabo Bernardo C. fue restringido en el hospital. El gendarme se recuperaba de una herida de bala en el hombro. Según el parte médico, el proyectil produjo un orificio de ingreso y otro de salida que no afectó a órganos vitales. Sus familiares evitaron comentar sobre el hecho.
Fabián B., también policía y primo del cabo Eddy S., fallecido en el hospital, tras el ataque del lunes, presentó la mañana de ayer una denuncia por asesinato en la Fiscalía adjunta a la Policía Judicial del Guayas. “Mi primo laboró la mayor parte del tiempo en Los Ríos, en las ciudades de Quevedo y de Vinces. Quisiera que se haga el mayor esfuerzo por encontrar al autor de las muertes”, dijo.
El cabo Eddy S., oriundo de Esmeraldas, estaba casado y tenía cuatro hijos, tres de ellos menores de edad. Su cuerpo era velado ayer en una sencilla vivienda en un sector de Babahoyo.
Nieto aseguró que el estado del cabo de Policía herido era “estable”, y que no revestía mayor gravedad. De igual forma se manifestó el Jefe del IV Distrito de la Policía, luego de una reunión.
Sobre las circunstancias en que se produjo la fallida detención, ambos oficiales fueron escuetos. “En las investigaciones posteriores sabremos las circunstancias reales del hecho”, mencionó al respecto el coronel Nieto.
El oficial confirmó que, hasta el mediodía, se desconocía la ubicación de Julián M. quien según la Policía fue el autor de los disparos. “El detenido se dio a la fuga con el arma de dotación con la que disparó a los uniformados”, dijo.
La Policía anunció al mediodía que detuvo a dos personas para investigaciones, a la supuesta conviviente de Julián M. y a otro familiar. Anunció además que desde la noche del lunes se realiza un operativo intenso de búsqueda del sospechoso de las muertes de los dos policías.
Patricio Pazmiño, jefe de la Policía Metropolitana Guayaquil, se refirió a los uniformados muertos: “Más allá de todas las críticas y observaciones a nuestro trabajo, hay una enorme cantidad de policías que en efecto están dispuestos a dar la vida por la seguridad del resto”, manifestó.