El primer Centro de Criminalística y Ciencias Forenses a cargo de la Policía en Quito llevará el nombre de una mujer violada y asesinada: María Eugenia Carrera. “Es en su honor”, dijo el ministro del Interior, José Serrano.
Ayer fue la inauguración del moderno edificio, ubicado en la avenida Mariana de Jesús, en el norte de Quito.
El Centro está dotado de tecnología para investigar crímenes y delitos. Tiene avanzados sistemas para la identificación de huellas dactilares, un departamento de balística, laboratorios de Química, Toxicología y ADN, un área de Antropología forense, entre otras ciencias.
Ayer, durante la ceremonia de apertura, Serrano contó que en el crimen de Carrera, la tecnología no fue una herramienta para resolver su caso.”Su familia recibió un trato humillante”, dijo, por parte de los funcionarios a cargo de la investigación.
La joven de 25 años, quien dejó San Gabriel, en el Carchi, para estudiar y trabajar en Quito, fue encontrada sin vida en el sector de Pululahua, el 20 de agosto del 2012. Sin embargo, ocho meses después, los agentes recogieron las versiones.
Serrano aseguró que ese tipo de tratos “es parte del pasado”. Hoy, con los USD 11 050 000 invertidos en el edificio, el funcionario se comprometió a que la Policía resuelva con prontitud y de forma científica las denuncias de delitos.
Uno de los cambios que se dan en la investigación criminal es el uso de microchips en las evidencias que ingresan en cadena de custodia policial.
Según el director del Centro, Fausto Olivo, esto garantiza que las muestras no sean manipuladas. También en el laboratorio de ADN de la Policía permite realizar estudios en restos orgánicos como semen o manchas de sangre que se encuentren, por ejemplo, en una escena de una violación.
En el caso de Carrera, sus padres tuvieron que recoger en Quito un preservativo que se encontró junto al cadáver de su hija y llevarlo a un laboratorio en Guayaquil. “Pagaron con su propio dinero”, indicó Serrano.
En el Centro forense todas las pericias o estudios son gratuitos. Allí también hay un microscopio electrónico que analiza residuos de disparos de armas de fuego y procesa sustancias orgánicas como cabellos. Otro de los departamentos que funciona por primera vez es el de Antropología forense. Michael Santorum es el encargado de dar una identidad a las osamentas y cadáveres en estado de putrefacción.
Gustavo Jalkh, presidente del Consejo de la Judicatura, quien asistió a la apertura, agregó que con esta investigación científica se podrá “castigar a los culpables y reducir la impunidad”.