En los centros penitenciarios del país, 259 presos han muerto desde enero hasta el 9 de noviembre de este año. Así lo señala un informe policial al que este Diario tuvo acceso.
En ese grupo de reos fallecidos están los que, según el Servicio de Rehabilitación (SNAI), se suicidaron. Datos de esa entidad y de la Policía señalan que en los primeros 10 meses de este año se han reportado 26 casos en las cárceles.
De hecho, desde el 2016 hasta octubre de este año, 122 reos se habrían quitado la vida a escala nacional.
Los últimos casos se reportaron en la Penitenciaría del Litoral. El pasado 14 de octubre, cuatro detenidos fueron hallados colgados de sus cuellos con sogas y prendas de vestir. Estaban en dos áreas del pabellón 8 de ese centro carcelario.
Nueve días después, otros siete presos fueron hallados ahorcados en la zona de visitas íntimas de ese mismo centro. Los primeros reportes del SNAI señalaron que se trataría de un “suicidio colectivo”.
El Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura de la Defensoría del Pueblo asegura que los suicidios son una consecuencia del déficit que existe en la atención psicológica a los presos.
Este organismo advierte que uno de los problemas es el reducido número de psicólogos que atienden a estas personas y también la falta de periodicidad en los tratamientos.
Según datos del SNAI, los 67 psicólogos, que prestan sus servicios en los 56 reclusorios en el país, deben atender a 38 800 internos.
Estos profesionales sostienen que no se abastecen para atender a la población carcelaria que sufre de trastornos mentales. Armando Camino trabajó como psiquiatra de presos durante 15 años. Él asegura que las patologías más comunes que padecen los privados de libertad son: ansiedad, estrés, depresión o psicosis.
La Defensoría del Pueblo también emitió un documento, el año pasado, en el que advierte que es “insuficiente” la atención psicológica que reciben los detenidos.
Un informe del Departamento de Salud Mental de la Organización Mundial de Salud (OMS) señala que cuando el personal especializado identifica casos de reclusos que presentan trastornos mentales y un alto riesgo de suicidio, deben recibir un tratamiento psicofarmacológico adecuado y una evaluación constante.
Organismos internacionales coinciden que existen diversos factores que agravan la salud mental de los presos y esto puede desencadenar en suicidios.Una de esas condiciones es el hacinamiento. Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), la sobrepoblación carcelaria “genera tensión e impacta en la calidad de vida, el bienestar físico y mental de los privados de libertad”.
Otro factor que influye es el impacto psicológico del encarcelamiento, los síntomas de abstinencia de los internos con problemas de adicción a las drogas, una larga sentencia en prisión o el miedo a ser víctima de actos de violencia dentro de los centros.
Los psicólogos que trabajan con los reclusos sostienen que uno de los problemas que enfrentan actualmente es la falta de recursos económicos para mejorar la atención de salud mental.
Precisamente, el 8 de noviembre del 2021, la Comisión de Soberanía y Seguridad de la Asamblea presentó un informe sobre la crisis carcelaria en el país. En ese documento se recomienda al Ejecutivo que asigne recursos presupuestarios “para fortalecer las capacidades instaladas de los centros de privación de libertad en cuanto a los recursos humanos en las áreas de trabajo social, psicología y orientadores de las actividades en los distintos ejes de tratamiento”.
Además, se recomienda evaluar el estado de salud físico y mental de las personas privadas de libertad “a través de mecanismos extraordinarios y emergentes (sic) como brigadas médicas”.
Datos oficiales muestran que la mayor cantidad de suicidios se han registrado en las cárceles de Cotopaxi, de Turi (Cuenca), de Guayaquil, Manabí y Santo Domingo de los Tsáchilas. Por ejemplo, el 11 de septiembre pasado, en una cárcel de esta última provincia, dos presos fueron hallados ahorcados en sus celdas. El 22 de abril de este año, otros dos detenidos se quitaron la vida en el centro de rehabilitación social de El Rodeo de Portoviejo.
Siete días después de ese hecho, otros dos presos se suicidaron en la cárcel de Esmeraldas. Ambos habían llegado a ese centro 15 días antes. En Guayaquil esta semana un abogado que estaba acusado por femicidio también apareció muerto en su celda. Se indaga el caso.