La mujer gritó desesperada: “¡Envíen policías! ¡Envíen policías! Estamos en el pabellón de máxima (seguridad)”.
Sus compañeras guías pensaron que se trataba de una broma. Cruzaron miradas y sonrieron. Una de ellas tomó la radio que usan para comunicarse dentro del Centro de Rehabilitación Social Bellavista, en Santo Domingo, y subió el volumen.
Lo que escuchó enseguida le borró la sonrisa: ¡Hay una balacera¡¡Envíen una ambulancia¡ !Envíen a la Policía, hay un herido!
La guía dejó en una mesa cercana la radio y corrió a la prevención. Ahí estaban dos policías.
Les pidió que entrasen al lugar para apoyar a sus compañeros, pero los gendarmes tardaron varios minutos en reaccionar. Querían que primero se les explicara qué es lo que estaba ocurriendo.
Las personas que a esa hora (15:45) estábamos en el centro de rehabilitación escuchamos todo. Algunas entraron en pánico.
Había madres con niños en brazos, adultos mayores y menores de edad que habían ido a visitar a sus familiares detenidos.
Todos corrimos hasta la puerta de entrada del centro. Intentamos salir, pero las guías cerraron las puertas. Quedamos atrapados en el lugar. Una mujer comenzó a llorar. Repetía que acababa de ver a su padre y que le preocupaba que haya sido alcanzado por una bala.
Luego se escuchó una sirena. Era una ambulancia. Salió del centro a toda velocidad, escoltada por una camioneta con cuatro guías penitenciarios.
El vehículo patinó en la vía de tierra que lleva al centro y casi choca contra un taxi que estaba estacionado afuera.
A la par aparecieron cuatro patrulleros con integrantes del Grupo de Operaciones y Especiales (GOE) de la Policía y también del Grupo de Intervención y Rescate (GIR). Entraron con fusiles en las manos y apuntando al aire.
Para entonces ya se había dado la orden de desalojar a los civiles que estaban en el lugar, pero la gente tardó en salir, porque no había quién entregara los documentos personales que se dejan al ingresar. Luego una guía se encargó de dar las cédulas y partidas de nacimiento a cuentagotas.
La balacera dejó un fallecido y un herido. Ambos fueron llevados a una casa de salud de Sto. Domingo. Fuera del área de emergencias estaban los familiares del fallecido. No se explicaban cómo, en un pabellón de máxima seguridad, los detenidos portaban armas de fuego. Las autoridades del centro dijeron que no estaban autorizadas para dar explicaciones.