En el tradicional barrio de La Floresta, ubicado en el centro – norte de Quito, solo se habla de los dos cuerpos que fueron abandonados la noche de ayer, 27 de julio del 2016. Hay temor e incertidumbre.
A las 22:30, un morador descubrió a dos hombres acostados boca arriba sobre la acera de la calle Gonzalo Vela y Ladrón de Guevara.
El testigo creyó en un principio que se traban de dos personas en estado etílico y que se habían quedado dormidos en la calle. Pero al verlos de cerca, con la luz del alumbrado público, notó que tenían sus camisetas manchadas de sangre.
Las víctimas fueron identificadas como Byron S., de 31 años, y Víctor Hugo C., de 25 años. Según las primeras investigaciones de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida (Dinased), los jóvenes murieron de forma violenta. Se presume que fueron atacados con un arma blanca.
Byron presentaba una puñalada en el pecho, en su lado izquierdo y la causa de su muerte fue por una hemorragia aguda. Su amigo Víctor Hugo, en cambio, tenía golpes en la cara y una herida en el pecho que había lacerado su pulmón.
Los agentes investigadores también recogieron las versiones de los testigos, quienes observaron que un taxi amarillo se estacionó minutos antes de las 22:30, y que del vehículo descendieron los dos jóvenes junto con dos desconocidos.
Las víctimas fueron abandonadas en la calle mientras que los segundos abordaron el taxi y desaparecieron. Nadie pudo distinguir las placas del vehículo sospechoso.
Los familiares de las víctimas no comprenden quién pudo hacerles daño. Aseguran que los dos jóvenes eran tranquilos. Hoy jueves 28 de julio, los allegados acudieron a Medicina Legal para retirar los cuerpos.
Allí comentaron que ambos eran amigos y que trabajaban en la construcción como obreros. Hace pocos días habían terminado un trabajo y esperaban encontrar otra plaza de trabajo en otra construcción.