Plagiadores obligaban a Gustavo Villarreal a dormir en una caja
En el helipuerto. Gustavo Villareal (gorra azul) fue recibido por el ministro del Interior, José Serrano.
Vestía botas de caucho negras, jeans, chompa gruesa y una gorra azul. 36 días después de permanecer secuestrado en Colombia, el carchense Gustavo Villarreal se reencontró ayer con su familia en el helipuerto de la Policía.
El abrazo con sus parientes fue efusivo en el segundo piso del edificio de Aeropolicial. La víctima lloró cuando encontró a su padre, Juan. El hombre de cabello cano que vestía un traje oscuro recordó que se asustaba cuando sonaba el celular y uno de los plagiadores lo presionaba para que entregara dinero a cambio del rescate.
“Al principio me asustaba con lo que me decían, pero me tranquilizaba para que ellos no me ganaran la moral”, manifestó.
Los secuestradores se comunicaron por teléfono con la familia de la víctima tres días después del plagio. El hecho ocurrió el 14 de septiembre último. En la primera llamada pidieron USD 280 000 por la liberación y medicinas.
En la segunda comunicación, la familia sintió pánico cuando los sospechosos les advirtieron que por última vez les iban a enviar una prueba de vida de Villarreal.
Los investigadores los tranquilizaron para que los familiares no entraran en temor generalizado.
Eso les ayudaría a obtener más pistas de lo que estaba sucediendo con su pariente. Así continuaron las negociaciones y conocieron que la víctima se encontraba en Mundo Nuevo, una zona selvática de Colombia.
Los datos de la Unidad Antisecuestro y Extorsión de la Policía (Unase) refieren que desde el 2010 hasta septiembre de este año, en el Ecuador se han registrado 65 casos de personas rescatadas. En los operativos hubo 44 detenidos (ver cuadro de cifras).
También se reportaron 424 casos de extorsión en los que se detuvo a 85 personas.
El hacendado carchense, de 58 años, fue plagiado en su finca, ubicada en el km 7 de la vía a Tufiño (Carchi, en la frontera norte). Tres hombres que llevaban subametralladoras y fusiles agredieron a las personas que le acompañaban y lo llevaron al sector denominado Mundo Nuevo, a 15 kilómetros del cerro Cumbal (Colombia). Pedían USD 280 000 por el rescate del hacendado.
Ayer, mientras se abrazaba con sus allegados, Villarreal señaló que no esperaba que agentes de la Policía de Ecuador y Colombia ingresaran a rescatarlo en la zona donde se encontraba, porque era inaccesible.
Estaba en una casa de madera ubicada en medio de árboles, en la costa del Pacífico colombiano. Para llegar al sitio se requieren 18 horas de recorrido en la selva.
Luego del plagio, al arquitecto le entregaron un par de botas de caucho para caminar en lodo y zonas pantanosas. Según agentes de la Policía Nacional, uno de los desconocidos lo vigilaba con un fusil mientras otros cocinaban o salían a negociar el rescate por teléfono con los familiares.
Mientras estaba secuestrado, el hacendado dormía en una caja de madera, similar a un ataúd. El objetivo era que no se escapara.
Todos los días se alimentaba con atún, sardinas y arroz. En las investigaciones se precisó que en la zona del rescate aún están cinco secuestradores que no fueron aprehendidos en el operativo.
La mañana de ayer, el carchense fue trasladado a Quito desde Tulcán, en un helicóptero de la Policía Nacional. La idea era precautelar su integridad. Con la cabeza agachada, él escuchaba las instrucciones que le daban los uniformados. Solamente alzó la mirada cuando escuchó la voz de Gustavo Navisoy, su amigo desde hace 35 años. Levantó los brazos y lo abrazó con alegría.
Navisoy contó que Villarreal y él fueron compañeros en la universidad. “El abrazo fue sobrecogedor. Pero ya me siento más tranquilo por verlo”. A Martín Terán, primo del plagiado, se le quebró la voz. “Está un poco pálido pero bien. Ya más tranquilo. No puede evitar llorar y hay que dejarlo”.
Los parientes y amigos que lo saludaron en Quito no contuvieron el llanto cuando lo vieron.
Por las noches, los padres de Villarreal no podían dormir porque pensaban en la situación de su hijo. La madre rezaba y le pedía a Dios que llegue pronto a casa.
Rómulo Aguirre, cuñado de la víctima, contó que “las medidas de seguridad en la familia se intensificarán para evitar posibles secuestros a futuro”.
En el segundo piso del edificio de Aeropolicial, cuatro pancartas de cartulina fueron pegadas en las paredes para dar la bienvenida al hacendado. En una resaltaba la frase: “Bienvenido a casa Gusvil”. Otra decía: “Te amamos mucho y te extrañamos...”. La Policía organizó una rueda de prensa en la que informaron cómo se realizó el operativo de rescate.
Luego de la intervención, la familia de la víctima se reunió en la oficina de operaciones del helipuerto. Un grupo de allegados se tomó de las manos. Otros le acariciaban la cara al verlo con vida.
Al final, todos agradecieron a la Unase, se reunieron en el patio principal del edificio y salieron con escolta policial.
El operativo de rescate
Según la Unase, seis personas participaron en el secuestro del arquitecto carchense. Una de ellas fue detenida en la incursión desplegada en la zona de Mundo Nuevo (Colombia).
Otro sospechoso logró escapar en el momento que llegó la Policía para el rescate. Según agentes, él saltó a una quebrada y se escondió en la vegetación.
La zona donde el hombre se escapó está cercada por uniformados de Colombia. Los agentes lo buscan hasta el momento.