El 2018, la nave Orion P3 fue presentada a las autoridades ecuatorianas, en Guayaquil. Foto: Archivo EL COMERCIO
Tras el anuncio del Ministerio de Defensa de que dos aviones de EE.UU. ayudarán al control marítimo desde el aeropuerto de San Cristóbal, Galápagos, el alcalde de esa localidad, Henry Cobos, aseguró que la pista “necesita mantenimiento” para que puedan aterrizar el Orion P3 y el Awac.
El Ministerio de Defensa confirmó que las aeronaves llegarán una vez por mes y permanecerán de dos a tres días para cargar combustible o por cuestiones de emergencia.
Por eso, el pasado 6 de junio el Pleno del Concejo Municipal de San Cristóbal se reunió y decidió “brindar las facilidades para que se arregle la pista y se aumente la tecnología”.
Cobos reveló que la zona de aterrizaje tiene huecos, fisuras y falta alumbrado. “Se debe dar mantenimiento en las instalaciones, porque incluso hay bancas oxidadas y hay que proporcionar más tecnología y radares a la torre de control”.
Además, sostuvo que es necesario ampliar la pista. “La Dirección de Aviación Civil (DAC) realizó una inspección y comprobó que esa parte del aeropuerto no está en buenas condiciones para operar”.
El pasado martes, la DAC y el Ministerio de Obras Públicas indicaron que sus autoridades han mantenido reuniones con la Secretaría de Defensa, pero que aún no les han asignado las funciones que realizarán para la llegada de las aeronaves.
Según el convenio de cooperación con Estados Unidos, que se firmó el pasado 22 de mayo, esa nación se encargará de proporcionar los dos aviones y los recursos para ampliar y repotenciar la pista aérea.
En el 2015, este aeropuerto fue sometido a una remodelación que costó USD 7,4 millones. En esa ocasión se amplió el edificio principal, se abrió una vía de acceso y se trabajó en la iluminación nocturna.
La semana pasada, el alcalde Cobos viajó a Quito y entregó una carta a Defensa, en la cual respaldó la decisión de la cooperación militar internacional para resguardar la seguridad de la población.
Según las investigaciones de Fiscalía, desde el 2016, las mafias utilizaban Galápagos como punto estratégico para tomar rutas hacia Centroamérica y Estados Unidos.
De hecho, con la ayuda del Orion P3, una lancha rápida que trasportaba una tonelada de cocaína fue interceptada cerca del Archipiélago, en septiembre del año pasado. Hubo cuatro personas detenidas.
En diciembre del año pasado, la Armada y guardacostas estadounidenses decomisaron 15 galones de cocaína líquida en alta mar, que eran trasportados en una embarcación, cerca de Manabí. Tres tripulantes fueron apresados y actuó el Orion P3.
La idea de esta cooperación es precisamente enfrentar el narcotráfico, la pesca ilegal, etc.
Michael Fitzpatrick, embajador de Estados Unidos en Ecuador, recordó que han ofrecido patrullas marítimas, vuelos de vigilancia y han compartido información con la Policía de Ecuador, para “actuar a tiempo y contrarrestar a los narcotraficantes”.
Aseguró también que no hay ningún interés de construir una base militar en Galápagos.
El ministro Jarrín también aclaró que esa no es la intención, sino únicamente obtener la ayuda de EE.UU. para las tareas de la Fuerza Naval.
Además, aseguró que no habrá una afectación ambiental.
Norman Wray, presidente del Consejo de Gobierno de Galápagos, indicó a este Diario que todo lo que se ejecute en las islas Galápagos debe cumplir con los “más altos estándares ambientales”. Además, adelantó que los dos aviones estadounidenses deben pasar un control para entrar a las islas y garantizar que no se afecte a la fauna y a la flora.