Los juicios de alimentos no solo son impulsados por las madres. Aunque en un mínimo porcentaje también lo hacen los padres o abuelitos que se quedan con los niños después de la separación de sus progenitores.
En los juzgados de la Niñez y en el Consejo de la Niñez y la Adolescencia (CNNA) se registra que apenas una de cada 2 000 causas es impulsada por los papás. Sin embargo, ese es un subregistro.
fakeFCKRemoveFabián F. no pensaba iniciar acción legal alguna contra la madre de sus dos hijos. Pero una noche, cuando retornaba a su casa, en la radio se hablaba del tema. Las preguntas que recibía el locutor eran similares: ¿qué hago para que la mamá de mi hijo me ayude económicamente? La respuesta del locutor fue: ustedes pueden iniciar un juicio de alimentos.
Llegó a casa y consultó con su madre sobre esa posibilidad y ella dijo que estaba de acuerdo. En enero del 2009 inició la acción.
Desde el pasado 1 de marzo, la Defensoría Pública auspicia gratuitamente los litigios por alimentos que inician madres y padres.
En el primer mes llegaron 180 casos de mujeres y ninguna de hombres. Pero el director de este organismo, Ernesto Pazmiño, dice que sí han recibido llamadas telefónicas de papás que piden asesoramiento legal.
Miguel Almache, con 20 años como abogado en Niñez, sostiene que los casos son mínimos, porque los hombres “tienen recelo a exponerse ante la mujer y prefieren correr con los gastos”.
Nataly Sevilla, abogada del CNNA, advierte que el año pasado la institución accedió a datos de instituciones públicas de Quito y detectó que sí hay casos en los que las mujeres pagan pensiones.
En el Juzgado Octavo de la Niñez reposa un juicio que da cuenta del proceso de alimentos impulsado por una mujer contra su ex esposo. Pero en la sustanciación del caso se detectó que previamente el padre había planteado otro juicio, porque ella no pagó la pensión de tres hijos, luego de que los abandonara.
Ayer, mientras el tema era analizado en la radio América, con base en una publicación de este Diario, Pazmiño recibió una llamada telefónica de una abuelita que pidió ayuda legal. Ella contó que la madre de sus dos nietos los abandonó y que ahora están a cargo suyo y el de su hijo. “La madre no aporta pese a que vive bien”, dijo.
Él le recomendó acudir a la Defensoría Pública. Fabián F. lo hizo tres años después de que su ex pareja viajara a España. Al inicio ella enviaba USD 200 cada mes, luego 50. “A mi hijo le dio neumonía; le pedí ayuda pero no lo hizo”. En enero del 2009 ella volvió a Ecuador y “se olvidó de los hijos”.