Ayer, a las 10:02, una mujer de aproximadamente 38 años se acercó a un puesto del mercado de San Roque, centro de Quito. Con voz baja y entrecortada le dijo a su compañera: “María (nombre protegido) hay un operativo, vienen policías”. La mujer no se percató que dos agentes encubiertos se encontraban a su lado.
De inmediato, los uniformados la detuvieron momentáneamente, porque “presentaba una actitud sospechosa”.
Esto ocurrió cuando en la mañana, los agentes realizaron un operativo contra las cachinerías.
Al pedir que indique el contenido del bolso de tela que cargaba, la mujer no pudo explicar de dónde adquirió los siete teléfonos móviles que portaba.
Los aparatos fueron decomisados y los policías dijeron que podrían ser objetos robados.
Así inició el operativo para el decomiso de artículos de “dudosa procedencia”. “Trabajamos un mes para identificar a los sospechosos de vender objetos robados. Se solicitaron los permisos necesarios para grabar las actividades sospechosas con cámaras ocultas. Así actuamos, con conocimiento”, dijo el mayor William Calle, jefe del operativo.
Cinco minutos más tarde, un agente del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) rompía los candados de un local. Esto, luego de que un hombre se negara a levantar los seguros.
Al abrir el establecimiento se hallaron varios objetos, como mascarillas de radios para vehículos. También se encontraron unos 30 cargadores para teléfonos móviles, entre otros artículos.
“Lo que se llevan no es robado”, expresó molesta María M., quien dijo ser dueña del local. Los policías aseguraron que este local ya estuvo previamente identificado.
En ese puesto también se encontraron una radio que se utilizan en los patrulleros y cinco municiones. María M. no respondió sobre la procedencia de estos últimos artefactos, aunque reclamó con gritos e insultos.
La mujer dijo que cuando los comerciantes se acercan a las oficinas de la Policía Judicial a recuperar sus objetos incautados se los devuelven en mal estado.
Según Pablo Santos, fiscal que acompañó a este operativo, “existe un bajo índice de reclamos de objetos robados, aunque esté habilitado el catálogo de artículos recuperados en el portal web de la Dirección Nacional de la Policía Judicial (DNPJ)”. El Fiscal añadió que “el inconveniente surge cuando las personas no recuperan sus objetos robados y en un acto ‘malsano’ compran artículos de dudosa procedencia”.
A las 10:25, los agentes encubiertos apresuraron el paso hacia el tercer piso del Mercado de San Roque. Al llegar a una de las secciones, Dorila A. contó que una mujer le ‘encargó’ un televisor y un computador portátil de paquete. Los artefactos fueron decomisados y ella no se opuso, como sí ocurrió con otras personas que estaban en el lugar.
El presidente Rafael Correa incluso dio un ultimátum para las cachinerías. No obstante, estos locales aún operan. Los vendedores de San Roque defendieron su trabajo y dijeron que todas las actividades son legales.
Los resultados
Los policías dijeron que previo al operativo se realizó un trabajo de inteligencia desde septiembre. Esto, con cámaras ocultas para identificar a las personas que supuestamente comercializan artículos robados.
En estos centros se comercializa principalmente radios y mascarillas para autos. Los costos van desde los USD 70.
Los artículos recuperados constan en un catálogo virtual en la página web https://www.dnpj.gob.ec/portal/objetos-recuperados. o en las oficinas de la Policía Judicial en el norte de Quito.
Policías encubiertos se dispersaron por las instalaciones del mercado de San Roque. Dijeron que es para impedir la fuga de los sospechosos.
En el operativo se incautaron de 33 celulares, 58 radios, 104 mascarillas de radio, 10 tanques de aceite de motor, cinco municiones de nueve milímetros, una radio motorola.
También se hallaron dos computadoras portátiles y un televisor de 17 pulgadas.