Óscar R. conducía un vehículo sedán cuando dos desconocidos se aproximaron en una motocicleta. El hombre se dirigía hacia el norte, pero fue acribillado, ayer, cerca de las 03:00, al ingresar a la av. Brasil, tras atravesar el semáforo de la calle Diguja.
“Luego del ataque desde la moto, el vehículo avanzó unos 15 metros hasta que se detuvo frente a un local de comidas. Creo que allí falleció”, señaló un testigo.
Minutos después, un patrullero que circulaba por el sector se acercó al vehículo. “Vimos a un hombre sentado sobre el asiento del conductor e inclinado hacia la derecha. Parecía que estaba dormido por la posición del cuerpo, pero luego notamos que tenía sangre en la boca”, relató uno de los policías que reportó el hallazgo del cadáver.
Criminalística recolectó evidencias en la escena del crimen: 9 vainas percutidas en el interior del automóvil y en la calle; y seis balas. El cuerpo de la víctima fue trasladado a Medicina Legal de la Policía; según los exámenes médicos, en el cadáver se hallaron 20 orificios de proyectiles.
Este fue el segundo crimen con esas características en 13 días en Quito. El sábado 11 de junio, una pareja fue acribillada en un vehículo, en el semáforo de la av. De la República. Desconocidos dispararon desde una motocicleta. Los jóvenes fallecidos, Ernesto P. y Jennifer G., eran extranjeros.
Óscar R. también era foráneo. Su violenta muerte tampoco fue la única en ese sector esta semana. El martes, el actor Manuel Calisto fue asesinado en su vivienda por desconocidos que ingresaron a su casa, en un posible robo. Junto a él estaban dos familiares, quienes intentaron socorrerlo.
Según las estadísticas del Sistema de Información para la Gobernabilidad Democrática (Sigob, información oficial del Gobierno), 84 homicidios y asesinatos se produjeron en Quito de enero a abril de este año.
En el mismo período, el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (OMSC) registró 89 hechos: 44% con arma blanca (cuchillos, botellas), 31% con armas de fuego, 15% con armas contundentes (palos o piedras), etc.
El XV informe de Seguridad Ciudadana del OMSC refiere que “la tasa de homicidios ocupaba el tercer puesto hasta el 2009 (en la escala de muertes violentas: accidentes de tránsito, etc.), hoy se ubica en el segundo lugar debido a un incremento del 25%”.
Moradores de la Granda Centeno estaban consternados ayer. Una mujer señaló que hay inseguridad. “Nunca han sucedido muertes, pero lo que sí hay son robos a los transeúntes y autos”. Otra persona dijo que solo escuchó una ráfaga de disparos y, al salir a ver, observó a un grupo de policías junto al auto de la víctima.
Un crimen en el centro
Ayer, en Medicina Legal se indagaba otro crimen: la muerte de Luis D. El jueves, a las 09:45, él llegó en una camioneta a la ciudadela Nueva Aurora (centro-sur de Quito). Esperaba a su esposa cuando de cuatro vehículos se bajaron desconocidos.
“Sin motivo agredieron físicamente a la víctima, hasta que uno de ellos disparó. También resultó herida una mujer durante la gresca. Al percatarse de la grave situación del fallecido, los agresores se retiraron en precipitada carrera en los automotores”, se informó en la audiencia de flagrancia.
La víctima fue trasladada a una casa de salud, en el norte. Allí falleció, al mediodía. Los agentes de Criminalística encontraron en la escena del crimen residuos de bala. En los exámenes externos del cadáver se determinó que Luis D. tenía dos orificios de bala.
Agentes de la Policía hicieron una redada para detener a sospechosos. “Los testigos de los disparos observaron una camioneta negra y manifestaron que los ocupantes de esta habían participado en los disparos”, dijo un testigo. Tres personas fueron detenidas, presuntos miembros de una organización familiar. En la audiencia de flagrancia, la familia del fallecido no los vinculó al caso y la jueza ordenó su libertad.
Punto de vista
Fernando Carrión/Académico
El delito ha mutado y la Policía quedó rezagada
Antes el sicariato en Ecuador estaba prácticamente en la Costa. Ahora tiende a ubicarse también en Quito. Es posible que esto tenga que ver con la lucha por los mercados del micronarcotráfico.
En el país hay unas 700 bandas y en contraste no hay un trabajo de Inteligencia de la Policía con eficiencia. Esta sigue operando como si el delito no hubiese mutado y eso hace que esté persiguiendo delitos ajenos a la realidad.
Si la mayoría de víctimas sea extranjera es porque las bandas han consolidado hace algún tiempo sus vínculos en Ecuador y porque el procesamiento de la cocaína ya se hace en el territorio ecuatoriano. Como esta entra desde Colombia y Perú, hay grupos con posiciones distintas y que terminan enfrentándose.
Si bien parece una lucha solo entre bandas, contiene mensajes muy fuertes como el incremento de niveles de violencia. La sociedad mira eso con estupor. Las siguientes víctimas serán de los sectores que reprimen, como jueces, militares y policías, además de quienes denuncian.