‘No todo extranjero provoca inseguridad’

Entrevista a Guillermo Rovayo, coordinador de  programas de Save  the Children en Ecuador.

En Ecuador crece cada vez más la idea de relacionar al inmigrante extranjero con la delincuencia y la inseguridad. ¿Resulta acertada esa apreciación?No y no solo se aplica al caso de colombianos y peruanos que viven en Ecuador, sino a toda persona en un país distinto al suyo. Por mucho tiempo en Europa, por ejemplo, se dijo que los latinos aumentaban la inseguridad. A partir de eso se aplican leyes más agudas. La propuesta de los estados latinoamericanos es el de desligar el tema criminalidad con el de la presencia de migrantes. Mal haríamos en Ecuador al retroceder en ese discurso.

Entonces, ¿significa que ya existen brotes de xenofobia en el país?

Por un lado es el de la xenofobia como temor al otro en el sentido de que mi nacionalidad vale más. Pero también un miedo a la competencia en determinados campos. Sea por superioridad o por inferioridad, es bastante peligroso para cualquier nacionalidad.

¿Peligroso porque pudiera llevar a agresiones graves?

Aparte de eso porque terminan en incompatibilidad cultural, lo cual es el principio básico para la intolerancia y discriminación contra los extranjeros.

¿Se pudiera decir que el ecuatoriano está en el umbral de ser un xenófobo?

Lamentablemente sí. Basta con escuchar en la calle, en el bus o al taxista hacer comentarios como: estos colombianos que nos robaron, son unos avivatos, etc. Es como un juego de culpar siempre al otro de las desgracias que uno tiene. Así como nosotros acusamos al extranjero, igual ocurre con el ecuatoriano en otro país.

¿Cómo entender que presuntos delincuentes, al ser detenidos, aparecen con carné de refugiados?

Hay la necesidad de desmitificar algunas cuestiones. Solo cinco de cada 100 detenidos son extranjeros, y de esos cinco solo uno es de Colombia. No hay una masificación. Además se ha encontrado a personas delinquiendo con cédulas o pasaportes falsos.

¿En Ecuador, muchos se hacen la idea de que el sicariato vino desde Colombia?

Lastimosamente todo tema ligado a la inseguridad y al fortalecimiento del sicariato en Ecuador lo asociamos con los colombianos y con los menores de edad. Ni los unos ni los otros son mayoría entre los detenidos , más bien se trata de casos relacionados con el ‘boom’ mediático.

Sin embargo, ¿hay la posibilidad de que los extranjeros llegaron a reclutar y a tecnificar el sicariato en el país?

No. Si se ve la tipología de uno y otro son dos elementos diferentes. Este delito se ha ido acomodando a los contextos y a las formas culturales de cada país.

¿En qué se diferencian?

Espero no lleguemos a aparecer al caso colombiano ante el riesgo de una masificación. Aún estamos en un nivel inicial. En Colombia, las conexiones tenían más que ver con redes de mafia y de narcotráfico trasnacional. En Ecuador aún son más bien de ‘vendettas’ personales.

Frente al actual panorama de inseguridad, ¿resultó acertada la apertura de fronteras que hizo Ecuador?

Es correcta, pero con algunas medidas adicionales: tecnificar, clarificar y flexibilizar las reglas para los diferentes tipos de visas. Además, es necesario que Ecuador adopte políticas de migración hacia procesos de integración sociocultural e inserción laboral. Caso contrario se creará un mercado de disputa.

Pero si ni para el propio ecuatoriano hay suficientes fuentes de trabajo.

No se trata de la supervivencia entre el Cromañón y el dinosaurio, sino de cómo todos pueden vivir en sociedad. En este sentido, Canadá, por ejemplo, ha logrado procesos de integración y de desarrollo a gran escala, donde el migrante tiene un trato considerado en sus derechos.

Por su experiencia ahora con los niños, ¿qué tanto afecta la xenofobia a este sector poblacional?

El niño con su par mientras se vean como iguales más bien se complementan. El conflicto ocurre cuando en el proceso social, educativo y familiar les imparten valores que diferencian al extranjero y lo ven como un peligro.

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