Ramiro Páez. Cámara de la Construcción Ibarra.
La seguridad debe ser un esfuerzo de todos. Implica la participación de la sociedad civil, autoridades y la Fuerza Pública. Pero en Imbabura no hay una política al respecto. La Policía, por ejemplo, cambia de Comandante Provincial cada tres o cuatro meses. Eso rompe la continuidad. Cada jefe viene con una nueva propuesta y lo que hizo el anterior no sirve. Eso rompe el vínculo entra la Policía y la comunidad. Unos apoyan proyectos como el de las alarmas comunitarias y otros no.
Asistí a una reunión con el ex comandante provincial de Policía, Edmundo Merlo, que conformó una directiva de seguridad de los barrios. Pero esa vez no participó el Municipio. Se nota un divorcio. Ese es un problema permanente. Hoy el Municipio impulsa el proyecto Ojos de águila, con cámaras instaladas en sitios conflictivos de la urbe. Creo que es tiempo para evaluar y ver qué ha pasado. Necesitamos saber si la delincuencia se redujo o no con esta iniciativa.
Hay barrios en donde se arman comités de seguridad. Pero duran mientras hay ilusión y novelería. Todos participan al inicio. Pasan dos o tres meses y ya nadie colabora.