Mauricio Gallardo. Director de DD.HH. / APDH.
La sociedad juega un papel fundamental para mejorar la seguridad, sobre todo con la organización, porque se sabe que una sociedad organizada garantiza un estado de Derecho. El Estado, por su parte, debe afianzar la posibilidad de abrir espacios para que allí se puedan discutir las políticas que van a implementarse para el mejoramiento de la seguridad.
El Gobierno debe alimentar esas ideas en la gente y no solo en las instituciones especializadas. De esta manera, las personas, movimientos sociales, culturales y juveniles pueden apoyar planteando ideas y programas para combatir la inseguridad.
Desde el punto de vista de Derechos Humanos consideramos que la seguridad es un tema integrado por políticas de desarrollo. Es decir, que forma parte de un proceso donde deben estar incluidas la salud, la educación, el acceso al trabajo y todos los demás beneficios y necesidades básicas.
Eso hará a la sociedad más justa y equitativa, lo que en consecuencia implicará una menor incidencia del delito. La fuerza pública debe intervenir, pero no se puede tener un uniformado por cada ciudadano.