El uso de motocicletas para robar genera temor

En Guayaquil, universitarios marcharon por el asesinato de un guardia, en junio pasado. Fotos:  EL COMERCIO

En Guayaquil, universitarios marcharon por el asesinato de un guardia, en junio pasado. Fotos: EL COMERCIO

En Guayaquil, universitarios marcharon por el asesinato de un guardia, en junio pasado. Fotos: EL COMERCIO

En las imágenes se ve cómo en segundos el auto rojo es rodeado por cerca de 20 motociclistas. Un hombre se acerca a la ventana del conductor del vehículo y con una pistola lo amenaza.

Enseguida, otros dos motorizados intentan arrebatarle sus pertenencias. El hecho fue captado hace 10 días por las cámaras de la Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil.

Tres días antes de ese ataque, los moradores del suburbio de la ciudad se conmocionaron por el asesinato de una profesora. La mujer de 27 años falleció tras recibir un disparo en el pecho.
Quienes la atacaron se transportaban en una motocicleta.

En los dos casos, las autoridades no descartan que los motorizados formen parte de bandas dedicadas al robo de personas y admiten que el uso de motos para cometer ilícitos es frecuente. De hecho, en Guayaquil, durante este año 1 580 personas denunciaron que quienes las atacaron usaron este tipo de vehículos para escapar. Además, las investigaciones señalan que de cada 10 robos que se cometen en esa ciudad, siete son perpetrados por quienes usan motocicletas.

El jefe de la Policía de la ciudad es Lenin Bolaños y ha investigado el problema. Él afirma que en los ataques actúan dos personas. Uno de ellos se baja, amenaza y roba; mientras el otro lo espera listo para escapar.

Por esta razón, en Guayaquil, Durán y Samborondón se analiza la posibilidad de que se restrinja la circulación con dos personas de motocicletas a bordo de dos personas. La medida iniciaría a las 18:00 y terminaría a las 06:00 del día siguiente.

La iniciativa responde a que en este período las llamadas por robo se incrementaron, sobre todo entre las 19:00 y 20:00.

Por eso, los operativos en los últimos días se intensificaron. Por ejemplo, el viernes en la madrugada, agentes de la Policía y de la Comisión de Tránsito (CTE) montaron una operación en el sector de Samanes, al norte de la ciudad. Allí se registró el ataque al conductor del vehículo rojo. Los uniformados señalaron que 40 motociclistas presentaron irregularidades con la documentación y dos menores fueron aislados temporalmente porque conducían ese tipo de vehículos sin permisos legales.

A esa misma hora en la vía Daule y en el Suburbio también fueron detenidos los presuntos responsables del asesinato de la profesora María Correia. Uno de ellos conducía una moto cuando fue detenido.

Este hecho desató toda una discusión en torno al uso de este automotor. El 18 de junio, estudiantes de la Universidad Salesiana, en Guayaquil, también realizaron una marcha como reclamo por el asesinato de Israel Romero, un guardia de seguridad que intentó impedir el asalto a una estudiante.

En ese caso, dos motorizados le dispararon en el estómago y escaparon luego de arrebatarle el teléfono a una alumna que salía de clases. Un día después de ese hecho, los jóvenes de ese centro de estudios vistieron camisetas negras mientras pedían que se aclare este suceso.

Pero el uso de motos en actos delictivos no ocurre solamente en Guayaquil. En Quito también se han registrado hechos violentos. De hecho, la Policía Judicial de Pichincha, durante el 2014, investigó a 289 motocicletas por estar vinculadas en actos delictivos.

En mayo, sospechosos atacaron a un médico en el barrio Jardín del Valle (oriente de Quito).Según los vecinos del sector, los desconocidos escaparon en uno de estos vehículos luego de dispararle cuando intentaban quitarle un teléfono y dinero.

Luego de investigar casos como estos, los agentes descubrieron que estos automotores además se usan para el robo de accesorios de automotores, viviendas, atracos violentos en las afueras de entidades financieras (sacapintas) y sicariato.

En la capital, los policías identificaron que las bandas operan entre tres o más personas. Uno maneja y está alerta para que nadie altere sus operaciones criminales. Los otros (un armado y el conductor) se trasladan en otra moto y atacan a las víctimas. Luego de cometer los asaltos estos fugan especialmente por calles que estudiaron con anterioridad y que les resulta con menos tráfico.

Tras la muerte del médico, cerca de 400 vecinos protestaron en la noche y pidieron a los uniformados que den más seguridad. De acuerdo a los datos de la Fiscalía General, en los cuatro primeros meses de este año, en Guayas se reportaron
5 013 robos a personas en las calles y es la cifra más alta a escala nacional. Pichincha, en cambio, registró 3 639 denuncias de este tipo.

Informe

En Guayaquil se analiza la posibilidad de restringir su uso durante las noches

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