Yo iba en mi motocicleta por la calle M, entre la 43 y la 44, en el Suburbio Oeste de Guayaquil. Había estado bebiendo y salí a comprar más licor. Eran pasadas las doce de la noche del domingo.Parecía como un secuestro exprés, de pronto tres hombres en un auto me cerraron y rápido me apercollaron. Me hicieron bajar de la moto y me treparon del lado izquierdo de su auto. Uno de ellos se fue con la motocicleta.
En el carro yo iba agachado, no veía nada. Uno de los hombres me dijo “no te muevas” y me iban pegando, por eso tengo estos moretones en la cara y chichones en la cabeza.
Me dijeron “ahora sí te vas a morir” y mientras me pegaban sabía que me llevaban hacia la vía Perimetral. De repente solo sentí que me empujaron al vacío. En ese momento yo ya estaba con las manos amarradas y caí en el agua. Luego supe que me botaron del tercer puente de la vía Perimetral, a la altura de la Trinitaria.
Cuando caí al agua, con los dientes me quité las sogas. La corriente estaba muy fuerte y solo me tocó pedir auxilio a gritos. Me agarré de las vigas del puente pero con la fuerza de la corriente me hundía más. Pero me dije: “Tengo que salir de esta”. Me hundía de la desesperación, la angustia, pero igual saqué fuerzas.
Un señor que es reciclador de basura, en ese sector, me vio y avisó a la Policía. Ellos llegaron y lanzaron una soga y ahí pude salir. Los policías siguieron al carro de los supuestos ladrones, pero como se quedaron sin gasolina detuvieron a Edwin M., supuesto implicado en el robo.