Xavier V. Víctima de la inseguridad. Tulcán – Carchi.
Un domingo llegué a la terminal terrestre de Tulcán para visitar a uno de mis hijos que vive aquí. Como no conozco bien, en vez de coger un bus preferí buscar un taxi.
Pero lo tomé afuera, porque desde adentro me cobraban más. Recuerdo que me subí a un auto amarillo, algo viejo. Me había dicho que no cogiera cualquier carro, que era mejor que me embarcara en un taxi formal y en el que me fui me parecía que sí lo era.
Cuando me embarqué le indiqué al taxista la dirección. En ese momento me empezó a preguntar que por dónde quería ir. Me dijo un montón de calles. Ahora sé que me preguntaba todo eso para saber si conocía la ciudad.
Me pareció extraño que unos cinco minutos después de que se puso en movimiento, empezó a mandar y recibir mensajes constantemente. Además, me preguntaba de dónde era y a quién venía a visitar en Tulcán.
Cuando pasábamos cerca de un parque, este señor bajó la velocidad del carro y se metió por un callejón. Pensé que estaba acortando camino. En ese instante se nos cruzó otro vehículo, era un carro pequeño de color blanco.
De adentro salieron dos personas, un flaco melenudo y otro que usaba gorra. Uno de ellos sacó un arma de atrás del pantalón y con gritos me obligaron a pasarme al asiento de atrás del taxi.
Me robaron los documentos y unos USD 250 que llevaba en efectivo. También me exigían que les dijera dónde vive mi hijo, supongo que para robarle. Yo les di otra dirección, y como no daban con ella, me amenazaron de muerte. Estuvimos como dos horas dando vueltas por la ciudad, hasta que se cansaron. Me dejaron botado por un sector que luego me dijeron era de Las Cuatro Esquinas.