Mariana Roldós estaba sola cuando asaltaron su casa

Mariana Roldós Aguilera fue víctima de un asalto, la tarde del miércoles, en su departamento, ubicado en pleno centro de Guayaquil. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

Mariana Roldós Aguilera fue víctima de un asalto, la tarde del miércoles, en su departamento, ubicado en pleno centro de Guayaquil. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

[[OBJECT]]Caminaba junto a uno de los retratos del ex presidente Jaime Roldós cuando un hombre la detuvo por detrás. Recién había entrado a la sala de su departamento, en un edificio que está ubicado en el centro de Guayaquil.

Mariana Roldós Aguilera (72 años) sintió que le pusieron un pincho en la espalda y la llevaron a empujones hasta su dormitorio, al fondo de un pasillo lleno de estanterías de libros. Eran las 17:30, en pleno centro de Guayaquil, y en 36 años que vive ahí no habían asaltado la casa de la hermana del ex Presidente hasta esa tarde.

Acababa de llegar a su domicilio donde vive solo con una empleada de servicio doméstico, pero el miércoles a las 15:00 había salido para tomar su día libre.

Ayer, la maestra y escritora aún estaba asustada y con miedo cuando recorría la casa. Recordó la experiencia con cada llamada de solidaridad que recibió de sus amigos y familiares.

El hombre la hizo sentar en su cama y le amarró las manos con cables de cargadores de celulares. Los adaptadores electrónicos le lastimaban, por lo que se quejó. El hombre también le dijo que se acostara, pero se negó y la amenazó con ponerle una media en la boca. Fue cuando ella le dijo: “Yo no le hago mal a nadie, soy una maestra...”. Escuchó que le dijeron ‘no le queremos hacer daño, sabemos quién es usted’.

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Apareció un segundo hombre, que vestía guayabera, y ambos caminaron por toda la casa. Cuando ya no escuchó ruido soltó sus manos y llamó a su hermano León Roldós. Se presume que los asaltantes entraron por la puerta de la cocina, que conecta con el pasillo que da a las escaleras del edificio, ya que la chapa estaba rota.

En menos de una semana, Mariana Roldós ha vivido dos asaltos. La noche del jueves 3 de noviembre, durante el feriado, estaba en una cena con amigos y su hermano, en Salinas. Un grupo armado entró y asaltó a unos 25 invitados a la cena. A ella se le llevaron la cartera con tarjetas, celular y llaves de la casa. Por eso, el lunes había cambiado las chapas de la puerta principal, pero no de la cocina. El celular nuevo lo robaron la tarde del miércoles, junto a otro móvil que no usaba y una computadora portátil. También se llevaron la condecoración Al Mérito Educativo que le entregó el ex presidente Gustavo Noboa, en octubre del 2002. Así como dos medallas con gemas incrustadas del Club Rotary. El resto de condecoraciones, placas y cuadros quedaron en las paredes y en las estanterías de su estudio, con su computadora fija y una impresora.

Todas las puertas de los armarios y cajoneras de las habitaciones quedaron abiertos y revueltos, incluido el dormitorio que ocupó León Roldós de soltero.

El lunes, Mariana Roldós había recibido otro golpe. En el Ministerio de Educación le notificaron la terminación de su contrato, luego de 49 años. Trabajará solo hasta fin de mes. En mayo cumpliría 50 años en el Ministerio; fue dos veces Subsecretaria de Educación, autora de libros, directora del Sistema Nacional de Bibliotecas.

Ayer en la mañana, León y Mariana Roldós recorrieron el departamento lleno de antigüedades y retratos familiares. Ambos creen que no se trató de delincuencia común en los dos asaltos.

“Yo no acuso al Gobierno, tampoco libero a nadie. Se trató de un grupo armado, con armas de dotación militar, los que asaltaron en Salinas, y así lo denuncié en la Fiscalía. Creo que lo de ayer fue una represalia a mi hermana y por el artículo que salió ayer en EL COMERCIO, ‘¿...Por qué no las manos?’”, dijo Roldós.

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