Las piernas de Gabriel Llano están completamente enyesadas hasta la cintura. No se puede mover y mientras duerme se queja suavemente.
Él fue uno de los 12 sobrevivientes del accidente de tránsito ocurrido el domingo, cerca de la laguna de Yambo.
Tiene 10 años y ayer se recuperaba de la operación de sus piernas en la Clínica Durán, de Ambato. La izquierda tiene tres roturas y la derecha, una.
Según su madrina, Rocío Sangoquisa, debe estar cuatro meses en esa posición con el yeso. Él perdió a su hermano de 11 años y a sus dos tíos. La mujer dice que el pequeño recuerda que su hermana, que está en el Hospital Militar en Quito, lo abrazó fuertemente. Luego, solo pedía ayuda.
Él, junto con sus otros cinco hermanos, vivía en Quito, en el sector de la Ferroviaria. Tres de ellos viajaron a Bilbao, en Cañar, a visitar a sus abuelos. Su hermano gemelo Álex no quiso ir.
Desde hace tres años su familia se separó. Sus padres viajaron al exterior de forma ilegal para trabajar. Sus tíos dejaron en la orfandad a tres adolescentes.
Gabriel es uno de los cinco heridos que utilizaron el SOAT. Pero ayer no podían trasladarlo a la capital. En la clínica le informaron que el traslado no estaba cubierto y que cuesta USD 140.
María Tenesaca reposa en la cama 7 del Hospital General de Latacunga. Ella es cuencana y viajaba con su esposo, con su madre, su hermana y su hija.
Tiene varios moretones en su rostro y un cuello ortopédico. Ella y su hija de 3 meses de edad, que está en el Hospital Metropolitano en Quito, también sobrevivieron al fatal accidente.
Según Blanca Tixalema, pariente, la mujer de 25 años cuenta que sostenía a su bebé mientras caía el bus. “Dice que gritaba muy fuerte pero nunca dejó de sostenerla”. Tenesaca se recupera satisfactoriamente.
Byron Montenegro, director del Hospital, dijo que está fuera de peligro. Pero tienen que operar su brazo derecho, cuando se deshinche. “En 12 días podría estar con su bebé”.