Los restos mortales del suboficial Luis Alfredo Mosquera fueron velados en San Lorenzo, donde será enterrado con honores militares. Foto: EL COMERCIO
Tres marinos estaban junto el féretro del suboficial Luis Alfredo Mosquera, uno de los tres militares fallecidos en Mataje, San Lorenzo, cuando realizan un patrullaje en la frontera con Colombia, la mañana del martes 20 de marzo del 2018.
Los restos mortales del militar llegaron a San Lorenzo la madrugada de hoy (21 de marzo del 2018), una vez realizada la autopsia en el centro forense de Esmeraldas, hasta donde fueron llevados.
En la casa de familiares del marino, decenas de personas esperaban el cuerpo para su velación desde las 18:00 del martes, cuando se montó el cortejo fúnebre.
Dos carpas grandes de color blanco fueron puestas en la calle del barrio 26 de Noviembre donde es velado. La vía de adoquín fue cerrada por completo para recibir a amigos y familiares, que llegaron acongojados por la noticia desde la ciudad de Guayaquil.
Al interior del féretro, el infante de marina de 47 años, lucía su traje militar y una boina de color negro, con el escudo de la Armada. Su rostro parecía intacto.
Sobre el ataúd de madera se colocó la bandera del Ecuador y la gorra militar que usó durante 26 años de servicio a la institución. Desde hace dos años tenía el rango de suboficial segundo de la Armada y esperaba cuatro años más para terminar su carrera militar y retirarse a descansar, quería dar todo a la institución que lo había acogido a los 19 años como marinero.
Mosquera era un marino apasionado por su trabajo. Había salido de su casa ubicada en el barrio Unión y Progreso, en San Lorenz, hace seis días para sumarse a los patrullajes desde la base militar ubicada en Mataje, a 10 minutos de San Lorenzo.
Debía regresar el pasado 20 de marzo, en horas de la tarde, tras cumplir con su función en la frontera y acogerse a sus días de franco, pero eso no ocurrió.
El día del atentado, antes de salir al patrullaje llamó a su esposa Martha Erazo a eso de las 08:00, para decirle que cuidara de Mateo, su hijo 10 años, el único varón de cuatro hijos que tuvo con su esposa. “Me dijo que todo estaría bien y colgó, mientras yo viajaba a Esmeraldas”, dijo la esposa, que lucía una gorra de color negro, la que siempre usaba su esposo.
El domingo anterior, el marino también llamó a su madre de crianza María García Tenorio. Vive en Guayaquil. “Me saludó atento como era él y le dije que no fuera a meterse al monte. Solo me dijo que todo estaba tranquilo y cerró la llamada”, cuenta la mujer de 75 años.
Ella fue una de las que no paraba de llorar sobre el féretro del militar. Recordaba cómo le habló a un amigo suyo para que Luis Alfredo, tras cumplir con el servicio militar, fuera marino, pues eran sus aspiraciones desde muy niño.
Él era el quinto de seis hermanos. Su padre Hernán Mosquera no atinaba a decir una palabra. Tampoco su madre, Segunda Borja, que vive en Guayaquil, donde terminó de criarse Luis Alfredo Mosquera Borja, nacido en Esmeraldas y radicado en San Lorenzo, siendo infante de marina.
Uno de los planes que habían realizado con su esposa, era asistir el próximo mes a la graduación de sus hijas en Guayaquil, donde estudian Enfermería. “Esa era un anhelo de mi padre que siempre nos imprimió esa disciplina militar con amor”, comentó entre lágrimas, Génesis Mosquera, la segunda de las hijas del oficial.
En San Lorenzo recuerdan Mosquera como Castrilli, en honor al árbitro internacional de nacionalidad argentina Javier Alberto Castrilli, porque en sus tiempos libre se dedicaba a pitar los partidos de fútbol. De allí surge el seudónimo puesto por sus compañeros árbitros, porque aplicaba el reglamento rigurosamente como lo hacía el citado árbitro.
El sepelio de oficial de la Armada está previsto para las 10:00 de este jueves 22 de marzo del 2018, en el cementerio de San Lorenzo. Sus amigos habían preparado ayer, un cortejo con las canciones militares y tropicales que escuchaba Luis Alfredo Mosquera Borja, cuando hacía uso de sus días de franco.