La recuperación de autos robados crece cada mes en Loja. Entre enero y julio de este año se han recuperado 59 automotores. El año anterior, en el mismo período, fueron 18. Los vehículos en su mayoría han sido sustraídos de las provincias de Azuay, Guayas y Pichincha, pero también hay de Perú.
Para el titular de la Policía Judicial (PJ) de Loja, Paúl Aguilar, esta particularidad delictiva no es nueva. Según él, las ciudades pequeñas y más las de frontera, son el mercado preferido para vender carros que se han robado en las ciudades grandes.
De los 59 carros recuperados, el 80% tenía adulterado el código del chasís. También hubo clonaciones de la matrícula y otros documentos. No todos los afectados denuncian el robo de su vehículo en la PJ por temor a represalias y a los trámites engorrosos. Los potenciales compradores de estos autos tampoco investigan bien su procedencia.
En enero del 2010, Carlos (nombre protegido) adquirió un auto Hyundai 2009, blanco y con placas de Pichincha en la feria de carros de Loja, sector Turunuma, al noroccidente de la ciudad.
Le costó USD 6 500 con documentos en regla. En mayo del mismo año fue a matricularlo y se enteró que estaba reportado como robado en Guayaquil. “Cuando compré el carro me entregaron un documento de compra-venta firmado por el dueño legítimo del Hyundai”, explicó el afectado.
El vehículo fue retenido por la Policía y el perjudicado pasó a ser investigado. Por unos conocidos dio con el vendedor y le exigió que le devolviera su dinero. Pero el sospechoso le respondió“con amenazas más fuertes que mandaría a matar a su familia”.
En marzo pasado, por medio de las noticias, vio que aquel hombre fue detenido con otros delincuentes. Pero Carlos no tuvo la fortaleza necesaria para denunciarlo. Él no recuperó su dinero y las investigaciones continúan. Solo consiguió ser absuelto como cómplice de robo de vehículos.
En las dos fiscalías de Tránsito de Loja se investigan múltiples denuncias por la venta de automotores de dudosa procedencia. Según Victoriano Andrade, fiscal Segundo de Tránsito, a su despacho han llegado casos de robo de carros de origen extranjero. Por ejemplo, recordó un caso del 2008 de una pareja que vendía un Toyota, último modelo, en el sector de la Terminal Terrestre.
La Policía los detuvo y se comprobó que los documentos eran adulterados. El juez que atendió el caso dictó medidas cautelares a pesar que se comprobó el hecho, “desde entonces no vi más a esta pareja”, dijo el funcionario. Después llegó el verdadero dueño del carro, de origen peruano. Presentó los documentos y se le entregó el vehículo, recordó Andrade.
Otra forma de vender los vehículos robados es por piezas. El lojano Agustín Medina, de 33 años, adquirió un auto Toyota último modelo, chocado. A los pocos días le ofrecieron otra camioneta de las mismas características en USD 4 000 para que le sacara las piezas que le servían y se las pusiera a la primera. “La propuesta era tentadora porque me ahorraba tiempo y dinero. Pero desistí del negocio porque había algo oscuro”, dijo.
Otro caso es la clonación de documentos. El 7 de noviembre del 2010, los esposos Jorge Cuenca y Norma Riofrío denunciaron, en la Fiscalía de Loja, que los documentos de su auto Chevrolet Corsa Evolution fueron clonados. La pareja se percató del hecho por una llamada que recibió de un patio de carros de Cuenca, Azuay.
Les informaron que el carro constaba con un documento de compra-venta asentado en el Servicio de Rentas Internas de Ibarra y legalizado en la Notaría Décimo Sexta de Pichincha (ya desaparecida). Ellos negaron el hecho porque han sido los únicos dueños. En las investigaciones realizadas por la Fiscalía de Soluciones Rápidas de Pichincha se confirmó que los documentos fueron utilizados para otro automotor.
Este caso sigue en proceso y los esposos Cuenca Riofrío aún tienen pendiente otro viaje a la capital para esclarecer lo sucedido. El fiscal Andrade dijo que este tipo de casos son frecuentes en Loja. Para el secretario general del Sindicato de Choferes de Loja, Iván Ludeña, estos problemas pasan por la falta de control. Para él, en esa ciudad no hay el control adecuado de salida e ingreso de carros. “Yo fui víctima de robo”, dijo. “Me robaron mi carro en Loja y lo encontré en El Oro, desvalijado y sin llantas”.
Esto afecta al gremio del volante porque son víctimas tanto en sustracción como adquisición de vehículos robados.
Según José Vera, de la PJ de Loja, la recuperación de vehículos se consigue a través de los operativos que se realizan en la ciudad y en la provincia. “Nuestros controles van desde las calles hasta los patios de carros y talleres de reparación”, explicó el uniformado.
Testimonio Marco P. / Víctima de robo de autos
‘Recibí amenazas de muerte’
En febrero del 2001 adquirí un auto en Quito, porque necesitaba hacerlo trabajar como taxi. Pagué USD 6 500 y cuando lo ingresé al Comando de Policía de Loja para matricularlo estaba reportado como robado. Detectaron que tenía sobremarcado el número del chasís y por eso quedó retenido.
Yo no fui arrestado porque llegué con el vehículo a esa dependencia y eso me eximía de culpa. Ocupé los servicios de abogado para resolver este problema y para recuperar la inversión, producto de mis ahorros de cinco años de trabajo en una procesadora de atún, en Manta, Manabí.
Seguí con los trámites legales y llegué hasta la persona que me vendió el carro, en la capital. La culpable del hecho había sido la hija del propietario.
Pero solo recuperé el 50%. Recibí amenazas de muerte por eso desistí de continuar con el proceso legal y la recuperación del resto del dinero.