La Intendencia de Policía, la Fiscalía de Azuay, la Policía Judicial y la Unidad de Vigilancia Aduanera realizaron ayer un operativo en supuestas cachinerías, en Cuenca. En cuatro locales se encontró una infinidad de repuestos de vehículos.
El operativo se inició a las 10:00 de ayer en el sector de San Roque (centro sur de la urbe). Los tres primeros locales, ubicados en la calles El Batán y El Oro, pertenecían a un solo propietario, Walter M. Eran dos negocios y el otro funcionaba como taller.
La otra supuesta cachinería está ubicada en la avenida Héroes de Verdeloma y Calle Vieja, en el norte de la capital azuaya.
Cada local tenía sus espacios distribuidos y ordenados por tipo de repuesto. Se encontraron motores, cajas de cambio, pernos, hojas de resorte, llantas, radiadores, placas’ de todo tipo de carro y marca, según la Policía Judicial.
Un agente de inteligencia, que llegó desde Quito para la investigación, calculó que en la bodega más grande (media cuadra, en la calle de El Batán) se guardaban repuestos para armar alrededor de 500 automotores.
Según Walter M., todos los accesorios que ofrecía fueron vendidos por personas que chocaron sus vehículos y que les costaba más arreglarlos que adquirir un automotor nuevo.
Él aseguró que compraba esos vehículos y los desmantelaba. “De allí sacamos los repuestos usados para ofrecer a la gente que a veces necesita y que no está en capacidad de comprar repuestos nuevos”. Walter M. también insistió que ofrecen repuestos taiwaneses, europeos y japoneses.
Él señaló que están legalmente registrados en el Servicio de Rentas Internas (SRI) y que todo repuesto que sale es facturado. Cuatro fiscales de Delitos Flagrantes intervinieron en el allanamiento. También estuvieron 50 militares y alrededor de 30 policías.
El fiscal distrital de Azuay, Hernán Flores, señaló que los implicados solo han presentado un documento notariado de una persona que les vende repuestos. Pero no se adjuntan copias de las cédulas notarizadas ni tampoco el listado de los accesorios. “Es decir, el notario no ha visto nada”.
Según él, la investigación de cada fiscal determinará su inocencia o el tipo de delito al que han incurrido (ocultar cosas robadas, desguazadero, asociación ilícita, etc). Los agentes constataron que a algunos repuestos (cajas de cambio, motores’) se les raspó y se borró la numeración de inmediato.
Por la cantidad incalculable de accesorios, solo se iban a tomar unas muestras para la investigación y los locales iban a quedar en vigilancia de la Policía.
Un vecino, que prefirió no identificarse, contó que casi todos los cuencanos sabían del negocio de esta familia. “Aquí llegaban hasta personas de otras ciudades”.
En este operativo, dos personas fueron detenidas para las investigaciones. Ellos están a órdenes de la intendenta de Policía, Liliana Guzmán, quien lideró el operativo por pedido del Gobierno.