Linchamiento a Orlando Q.

El joven fue ajusticiado, torturado, por los comuneros de La Cocha, Zumbahua. Las imágenes de su rostro sufriente, mientras atado de pies y manos era torturado, entraron a los hogares a través de imágenes de TV y de fotos de periódicos tras un crimen que aún se investiga.

Fue una telenovela, con un capítulo nuevo por edición, con imágenes de tortura repetidas, con su nombre en la etiqueta baja de la pantalla. Casi nadie consideró la presunción de inocencia; la pueden hallar en la Constitución: una persona es culpable solo después de la sentencia de juez.

Existen policías que para justificar su tarea muestran en rueda de prensa a los detenidos en sus ‘golpes al hampa’, pero pocos medios prescinden de esos contenidos. ¿Por qué? ¿El morbo vende?

En el 2009, un policía mostró a la prensa como trofeo de caza al joven José Elías B. tras el lamentable crimen de un joven hincha. El rostro de José Elías llorando se exhibió al país. Más tarde la Justicia no halló pruebas en su contra. ¿Y la vida de ese joven?

Si la justicia prueba que Orlando Q. es inocente, ¿se gastará tinta para limpiar su nombre? Que hay jueces que liberan pillos, fiscales que no investigan, impunidad. Que se hable de ello entonces, que se investigue, porque no hay pretexto para violar la Ley.

Ajusticiamiento comunal y linchamiento mediático contra Orlando Q., complicidad entre periodistas y audiencias. No le deseo el mal a usted, lector o periodista, pero hágase a esta pregunta: ¿cómo le gustaría ser tratado en los medios cuando usted sea el próximo Orlando Q.?

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