Presunto líder de red narcodelictiva trató de salir libre con hábeas corpus

Policías de grupos especiales y militares custodiaban los exteriores de la cárcel de Turi, en Cuenca en 2021. Foto: Archivo / El Comercio

Es uno de los miembros más importantes de una banda narcodelictiva en el país. Su detención se realizó el 4 de febrero pasado. Agentes élite de la Policía tuvieron que montar un megaoperativo en Guayaquil para capturarlo.
Los uniformados lo vigilaban desde hace meses. Según informes policiales, se encargaba de envíos de droga a Estados Unidos.

De hecho, en la vivienda donde fue capturado se encontraron más de 45 paquetes tipo ladrillos de cocaína. Según el expediente judicial, al que tuvo acceso este Diario, el sospechoso estaba en el segundo piso de una vivienda, ubicada en un conjunto residencial.

Agentes del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) registraron que cerca del jefe de la banda fue hallada un arma de fuego, cadenas de oro y cheques por USD 50 000. Todos esos objetos fueron utilizados como pruebas del delito para pedir su prisión preventiva.

En la diligencia, la Fiscalía señaló que el sospechoso estaba acompañado de cuatro personas más. Todos fueron procesados por el delito de tráfico de estupefacientes. A pesar de las pruebas, que los agentes y fiscales presentaron en la audiencia, los abogados de los implicados negaron las acusaciones e intentaron evitar que fueran encarcelados.

En el caso del cabecilla, la defensa presentó documentos para justificar su arraigo social, familiar y laboral. Entre el papeleo figuraba un certificado de trabajo que mencionaba que era vendedor de una empresa y que su sueldo era de USD 3 500.

Documentos

Además, presentaron un certificado de arrendamiento de una vivienda. El documento no estaba legalizado y tenía fecha del mismo día de la detención. Por último, se presentó un pasaporte a las Bahamas. Esto generó que la Fiscalía ratificara su pedido de prisión preventiva por una posible fuga.

Al final, el juez del caso ordenó su encarcelamiento. En los primeros días estuvo en una cárcel de Guayaquil. Sin embargo, por su seguridad fue trasladado a la cárcel de Turi, en Azuay.

Los informes oficiales indicaron que al ser miembro de una banda narcodelictiva que mantiene pugnas con otras mafias, su traslado era necesario. Inicialmente, la defensa de él y de los otros implicados solicitaron que fueran trasladados a la cárcel de Latacunga.

Ahí, la banda delictiva a la que pertenecen mantiene un mayor control, según la Policía. Por eso, los agentes recomendaron que fuera llevado a Azuay, en donde es vigilado de forma permanente.

De allí que desde ese centro ha intentado recuperar su libertad a través de un hábeas corpus, una figura legal que permite revertir una detención si esta ha sido ilegal o arbitraria. Así lo señala el penalista Gabriel Ponce. El jurista indica que esta figura se aplica en cualquier caso que la persona sospeche que se vulneraron sus derechos durante su detención.

En la petición judicial se indica que se cometieron irregularidades en su captura y que en la audiencia de formulación de cargos hubo anomalías. Incluso, señaló que hubo “discriminación” por su lugar de domicilio. Este recurso fue usado en el último año por al menos cuatro integrantes de redes delictivas de Guayaquil. Ninguno ha sido aceptado.

En este caso, tres jueces de Guayaquil rechazaron el hábeas corpus tras revisar los audios y videos de la primera audiencia. Allí se concluyó que no se cometió ninguna arbitrariedad en la captura. La Policía y la Fiscalía continuaron con las investigaciones previas sobre el delito de tráfico de estupefacientes, que en este caso podría alcanzar los 13 años de prisión.

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