Redacción Sociedad
La jueza décima de Garantías Penales de Pichincha, Noemí Santillán, ordenó que se entable un juicio penal en contra de Marcelo Rivera. El presidente nacional de la Federación de Estudiantes Universitario del Ecuador (FEUE) es acusado de haber liderado los actos de violencia del 8 de diciembre de 2009 en la Universidad Central.
Ese día, un grupo de estudiantes irrumpió en forma violenta la sesión del Consejo Universitario. Durante los desmanes hubo destrozos de bienes e incluso el rector, Édgar Samaniego, sufrió golpes en su cabeza, lo que obligó a ser atendido de urgencia en la Clínica Pichincha.
Durante esos incidentes, Rivera y otros estudiantes fueron detenidos por elementos de la Policía. Y se inició una demanda contra ellos entablada por las autoridades universitarias.
Con la presencia de acusados y acusadores, además de sus abogados, ayer se realizó la audiencia en la que el representante de la Fiscalía, Patricio Navarrete, solicitó que se llame a juicio a Rivera por delito de agresión terrorista.
Al respecto, Ramiro Romero, abogado defensor de Rivera, argumentó un cambio en la figura de acusación, ya que en la demanda se le acusó de terrorismo e intento de asesinato.
Navarrete explicó que ese cambio se debió a que entre las pruebas se demostró que la FEUE es una organización estudiantil reconocida legamente por el Consejo Nacional de Educación Superior (Conesup).
Asimismo, Navarrete señaló en la audiencia que no había suficientes argumentos para acusar a los otros dos detenidos, Luis Alberto Centeno y Luis Augusto Minda. Agregó que en las declaraciones de los testigos no se nombró a ninguno de los dos estudiantes acusados.
Tras la decisión de Santillán, el juicio pasará al Tribunal Penal, donde se receptarán las pruebas para la sentencia absolutoria o condenatoria contra Rivera, como última etapa del proceso.
La audiencia de ayer se prolongó por más cinco horas, ante las extensas intervenciones de los abogados de la defensa, en especial de Romero. Este último, durante su participación, dio una cátedra de leyes y derechos humanos. Samaniego también tuvo una intervención efusiva. Asimismo, el auditorio estuvo copado por familiares y seguidores de acusados y acusadores. Y en más de una ocasión la jueza ordenó silencio a los asistentes.