El joven infractor es maltratado

Charlas a los menores. Los adolescentes infractores reciben información sobre sus derechos.

Luis G. dice que desde que su hijo de 16 años fue aislado en el Centro de Adolescentes Varones Infractores de Guayaquil (CAI), su teléfono celular no para de timbrar.
El hombre asegura que las constantes llamadas provienen del interior del centro, una lúgubre edificación de paredes altas, ubicada en las calles Babahoyo y Calicuchima, en el centro de la urbe.
El hijo mayor de Luis G. permanece aislado en el centro desde hace dos semanas, como sospechoso de haber participado en un escándalo público.
El hombre manifiesta que desde que su hijo está aislado, lo llaman todo el tiempo desde el interior del centro para exigirle recargas de celular. “El viernes pasado recibí una de esas llamadas, en que me pedían una recarga de USD 10. Yo me negué. Luego, en el día de visita mi hijo me dijo que por eso lo habían golpeado en la cabeza”, manifestó preocupado.
El padre mostró en la pequeña pantalla de su celular tres números telefónicos, desde donde supuestamente se habrían hecho las llamadas de chantaje.
Según los familiares de los menores aislados en el CAI, no son las únicas irregularidades que se presentan allí. El lunes pasado, durante un recorrido que realizó el fiscal general Galo Chiriboga al lugar, un grupo de padres aprovechó para reclamar por el trato que reciben los menores.
Irene M., madre de un menor de 17 años, se quejó porque su hijo permanecía aislado desde el viernes pasado, sin acceso a ninguna visita. “Desde que lo metieron allí no me han dejado visitarlo, no me dicen nada”, reclamó la madre.
Las denuncias se multiplicaron ante la presencia del Fiscal, quien escuchó con atención. Otro familiar denunció que “hay otros muchachos demasiado dañados ahí, que llegan hasta a quemarles las manos a los otros más pequeños”.
El Fiscal dijo que las denuncias de corrupción son parte de los problemas que aquejan a ese centro de aislamiento de Guayaquil.
El funcionario reconoció que las condiciones físicas tampoco son las adecuadas. “Creemos que las condiciones de estos centros de rehabilitación tampoco dan los resultados que el país requiere. Deberíamos abrir una reflexión, alternativas a estos niños en conflicto con la ley”.
Durante su visita al CAI, Chiriboga fue impedido de utilizar su teléfono celular. “A mí me han quitado el teléfono para entrar a un centro de menores, y por ello me sorprende que haya celulares aquí adentro”.
Los familiares se quejaron ante representantes de organismos de defensa de los derechos de los niños y adolescentes. Denunciaron que no están bien alimentados y que muchos duermen en el piso. El Fiscal lo corroboró: “Están en unas condiciones no adecuadas. He visto que faltan colchones, que no tienen lugares de recreación, que las condiciones sanitarias no son las mejores, y se quejan de la comida”, manifestó.
Wilma Torres, vocera del colectivo de organizaciones de la sociedad civil por los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, denunció que a los adolescentes allí no se les da el proceso de rehabilitación social que necesitan.
Los problemas con los menores aislados son frecuentes en el centro. Las peleas son comunes.
A inicios de junio pasado, una riña entre dos adolescentes de 16 años terminó con los menores gravemente heridos. Ellos fueron conducidos de urgencia al Hospital Abel Gilbert.
Dos meses después se produjo otro enfrentamiento entre un grupo de menores aislados. Producto de la pelea, 5 adolescentes sufrieron heridas de consideración. Por ese incidente, las autoridades del CAI autorizaron que se ejecutara una requisa.
En la inspección a las habitaciones, los agentes de Policía hallaron cuchillos y teléfonos celulares.
Según estadísticas del Ministerio de Justicia, entre enero y mayo de este año fueron aislados 437 menores en el CAI de Guayaquil. Las principales causas para el internamiento en el centro fueron por robo simple, posesión de armas, escándalo público y destrucción a la propiedad.
Los menores aislados
Según el Ministerio de Justicia, hasta el término de este año, alrededor de 10 600 menores habrán sido aislados en los centros en todo el país.
En el país existen 11 centros de internamiento de adolescentes infractores. Un promedio de 29 menores ingresan diariamente a estos lugares de aislamiento.
En junio pasado, el Ministerio de Justicia habló de la construcción de cuatro nuevos centros parara menores infractores, en Guayaquil, Esmeraldas, Machala, y Cuenca.
Del total de centros en el país, siete están destinados para varones, dos para mujeres ubicados en Quito y Guayaquil, y dos más son mixtos.