Son hombres, de entre 16 y 30 años, y están en plena capacidad productiva. Este es el perfil de la mayoría de víctimas de homicidios en Quito.
El último informe del Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana, publicado el 15 de enero pasado, refiere que entre enero y noviembre del 2013, el 63% de víctimas de crímenes en la capital fue de sexo masculino, entre los 16 y 46 años. Y dentro de ese rubro el mayor porcentaje (38%) fue de los jóvenes.
El fisioterapista Fabián Escudero tenía ese perfil. Él apareció muerto el viernes último en la avenida Simón Bolívar, a la altura de la Universidad Internacional, en el nororiente de Quito. Tenía 29 años.
Su familia denunció que él desapareció el 11 de enero tras acudir a la feria de autos, en Guamaní (en el sur) para vender su vehículo. Lo último que supo su familia fue que acompañó a un supuesto comprador a una mecánica.
No es el único caso. El jueves pasado, el cadáver de David Guerra, de 23 años, apareció en Guangopolo, una parroquia rural de Quito. El joven había desaparecido el 19 de enero.
La tendencia se repite en otros países: los “hombres jóvenes, de 15 a 29 años, corren el mayor riesgo de los crímenes”, indica el Informe Mundial sobre el Homicidio, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc).
En el Ecuador no hay estudios que determinen el impacto económico que ocasiona en el Estado la muerte de una persona en edad productiva.
El matemático Xavier Cavagnaro dice que los costos para el país son “millonarios”. El Estado deja de percibir impuestos, aportes al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, consumos de bienes (de primera necesidad y suntuarios), etc.
En noviembre pasado, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicó un estudio sobre la situación de los homicidios en América Latina y evaluó la repercusión económica que tuvo en los países del continente.
En el documento se dice, por ejemplo, que el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita que la región dejó de percibir por los crímenes fue del 0.5%. En otras palabras, sin el exceso de homicidios los países de América Latina habrían logrado una ganancia de USD 51 en el PIB per cápita, dice el informe.
Los cálculos, basados en datos del 2009, refieren que Ecuador habría ganado USD 22 en el PIB per cápita con la reducción de las muertes violentas. Según el Banco Central del Ecuador, en el 2009 el ingreso per cápita fue de USD 4 242.
La tasa de homicidios bajó 8 puntos en Ecuador
Pese a que la región es considerada una de las más violentas, el PNUD señala que en los últimos cinco años la tasa de homicidios se ha estabilizado e incluso disminuido en algunos países.
Según el Ministerio del Interior, Ecuador bajó en los últimos tres años 8 puntos la tasa de homicidios por cada 100 000 habitantes. En el 2010 fue de 18,2 y el año pasado se ubicó en 10,8. El Gobierno calificó como “histórica” esa reducción ¿Cuáles fueron las estrategias que se adoptaron para reducir la violencia? Daniel Pontón, catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales señala que el Plan de los Más Buscados, la política preventiva del ECU 911 o la dotación de patrulleros y Unidades de Policía Comunitaria han sido instrumentos que incidieron en este descenso.
El experto considera que a partir del 2011, con la reforma judicial, se produjo una “mayor eficiencia” a la hora de esclarecer el delito y -precisa- ahora hay más coordinación entre Policía, Fiscalía y Justicia. “La gestión punitiva genera la reducción sobre ciertos delitos, como el homicidio”.
De hecho, datos del PNUD mencionan que en América Latina existe “un apoyo abrumador hacia la adopción de medidas punitivas más duras frente a la criminalidad”. Según el estudio de ese organismo, la población considera que los castigos más duros son la mejor manera de luchar contra los grupos delictivos.
Para Ricardo Camacho, experto en seguridad, la disminución es “sorprendente”, pero considera que en el país debería funcionar una veeduría académica que valide esa información. “En base a eso se pueden discutir los temas y ejecutar proyectos de seguridad”.
Lino Proaño, comandante del Distrito Metropolitano de Quito, dice que otro factor que incidió en la reducción de los homicidios fue el cambio en la forma de investigar de la Policía. “Antes se detenía para investigar. Ahora sucede lo contrario. Hay un proceso con la Fiscalía que dura meses y se identifica a los sospechosos, el modus operandi y lugares de concentración”.
Pese a la reducción, Ecuador todavía registra una tasa alta de crímenes (10,8). La ONU considera como “epidémicas” las tasas mayores a los 10 homicidios por cada 100 mil habitantes.
El Ministerio del Interior aseguró que la meta es reducirla a cinco puntos hasta el próximo 2017 y lograr uno de los índices más bajos junto a países como Chile y Uruguay.
América Latina tiene una de las tasas de homicidios más altas a escala mundial. La Organización de Naciones Unidas considera como “epidémicas” las tasas mayores a los 10 homicidios por cada 100 000 habitantes. Venezuela es el país más violento con 45,1.
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