Salí de mi casa con una fuerte cantidad de dinero que me dieron para depositar. Subí a mi moto y conduje lo más rápido que pude para no correr ningún riesgo con la plata.
Iba revisando por los espejos retrovisores que nadie me estuviera persiguiendo y también para detectar alguna situación sospechosa. Incluso cuando estaba en la fila del banco también trataba de percatarme si había alguien vigilándome.
Hasta ese momento todo estuvo muy bien. Logré depositar el dinero sin ninguna dificultad. Lo peor vino después.
Tomé nuevamente la motocicleta para regresar a mi casa y cuando estaba por la calle 29 de Mayo había un gran tráfico.
Me di cuenta de que una camioneta se parqueó a mi lado esperando que el semáforo cambiara al verde. En ese momento fue cuando un chico se me acercó y me rozó con su mochila. No le presté mayor atención, todo parecía normal. Lo único raro fue que se desprendió un olor muy agradable de la maleta.
A los pocos minutos que continuaba en mi camino a casa empecé a marearme. No sabía qué me pasaba. Me daba miedo perder el control de la moto y causar un choque o caerme bruscamente.
Por suerte alcancé a llegar a un salón de belleza de una prima y le conté lo que me pasó. Ella me dijo que quizá ese muchacho me puso escopolamina.
Cuando estaba en el local de mi pariente el efecto de la sustancia se hizo más fuerte. Luego perdí el conocimiento.
Por unos tres días me sentí muy mal. Tuvieron que llevarme al hospital para ver lo que me había pasado. Allí les confirmaron a mis familiares que me habían dado escopolamina.
Creo que utilizaron tres sueros para desintoxicarme. Parece que la cantidad que inhalé ese día, del incidente, fue demasiado fuerte.
Tuve problemas para trabajar debido a la confusión que tenía producto de esa sustancia. Debieron pasar tres meses para poder recuperarme casi totalmente. Pero eso no sucedió. Lo peor lo estoy viviendo ahora porque me quedé con complicaciones en mi salud, especialmente en la presión. Es terrible y muy feo lo que estoy sufriendo.
Desde ese día tengo un grave dolor del corazón. Ya me hice chequear, pero sigo con las dolencias. Mi salud quedó demasiado afectada.
Por ejemplo, cuando percibo el olor de la pintura me desmayo. En mi casa ya me ha pasado esta situación. Cuando han estado pintando, el olor del diluyente me afecta. En algunas ocasiones mi familia me ha encontrado tendida en el piso de mi domicilio. También me pongo mal cuando tengo algún compromiso social y tomo algo de alcohol. Antes no me pasaba eso.
Además, hay días en que se me baja la presión y tengo un fuerte temblor de las manos y de todo el cuerpo. Es terrible lo que puede hacer esa sustancia. Incluso he escuchado que personas han muerto a causa de la escopolamina. A mí también me ha afectado mucho.