Eduardo Gómez, Denis Tigre, Santiago Zambrano y Jorge Sevilla fueron condecorados por evitar que personas se quiten la vida. Fotos: Julio Estrella/ EL COMERCIO.
Fueron los primeros en hablarles de esperanza. Son operadores del ECU 911, policías, bomberos y agentes metropolitanos de tránsito. Ellos lograron salvar las vidas de personas que habían decidido lanzarse de puentes, en Quito.
Este Diario habló con ellos y presentamos sus historias:
‘La familia del señor al que le ayudamos nos recibió con abrazos por haber salvado la vida’: Eduardo Gómez, policía
Eduardo Gómez evitó que una persona se quite la vida en Conocoto. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.
Recibimos una llamada del ECU 911 sobre una emergencia ciudadana. Eran las 10:00 del 9 de noviembre del 2020. Nos trasladamos, junto con mi compañero Miguel Camacho, hasta el punto señalado, que era en Conocoto, en el valle de Quito. Nos encontramos con un hombre de unos 40 años que se quería lanzar de un puente. Estaba muy angustiado.
Decía que no quería vivir porque su esposa lo había traicionado y porque tenía deudas. Nosotros lo tratamos de persuadir. Decíamos que lo ayudaríamos, que su vida era valiosa y que sus familiares estarían muy tristes si se terminaba con su vida. Al principio estaba intransigente, pero a medida que conversábamos y reflexionábamos, el hombre nos permitía acercarnos un poco más; vimos que se tranquilizaba. Así fue como logramos que cambie de opinión y que no salte del puente. Lo trasladamos a la casa de su hermano, en el Centro Histórico. Allí su familia nos recibió con abrazos y nos daban las gracias por salvarle la vida. Hasta ahora son gratos con nosotros. Nos visitan en la UPC y nos cuentan que el señor ya está mejor, que está en terapia y que recibe el apoyo de su familia. Como policía, lo que nos enseñan desde el primer día de formación es a servir, a ayudar a la ciudadanía siempre que lo necesite. Salvar una vida fue una experiencia muy gratificante, pero también muy dura porque uno ve los problemas de los demás, situaciones muy complejas y heridas muy profundas para los que, a veces, no hay palabras suficientes. Lo que me alegra de esta historia es que una persona va a pasar esta Navidad con su familia.
‘Lo más duro fue oír que se quería morir, que no quería ayuda’: Dennis Tigre, agente Metropolitano de Tránsito
Dennis Tigre atendió un intento de suicidio el pasado lunes 30 de noviembre del 2020 en el puente sobre el río Chiche. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.
El caso que yo atendí ocurrió el lunes 30 de noviembre en el puente sobre el río Chiche. Yo ya había terminado mi jornada de trabajo y metía la motocicleta con la que hago el patrullaje a la estación de la Agencia Metropolitana de Tránsito de Tumbaco. Justo cuando estaba en la puerta, un hombre que conducía un vehículo se estaciona y me cuenta que había una mujer estaba en serio peligro y que se quería lanzar del puente sobre el río Chiche. De inmediato me dirigí al lugar y encontré que la señora estaba decidida a lanzarse al vacío. Ya había saltado la baranda de seguridad y tenía sus pies apoyados en un bordillo. No quería ayuda y pedía que la dejásemos en paz. Creo que fue un milagro que apareciera su amiga, quien, por esa familiaridad, pudo acercarse un poco más. En un momento de descuido, su amiga logró sujetarla de los brazos. Pero en ese mismo instante, la chica decidió soltarse. Entonces tuvimos que reaccionar en cuestión de segundos. Entre cinco personas, incluidos mis compañeros Fausto Peña y Edgar Asimbaya, logramos sujetar a la ciudadana y ponerla a buen recaudo. Creo que lo más duro fue oír que se quería morir, que no quería ayuda, quería estar sola. Como agente metropolitano de tránsito a nosotros nos capacitan para estas situaciones, pero creo que vivirla es diferente. Porque ves cómo la gente necesita ayuda y si nosotros no hacemos nada, si no nos comprometemos con servir sin perder tiempo, eso puede costar la vida a alguien.
‘Mis hijos me decía papi tú le salvaste la vida y yo respondía que fuimos muchas manos las que ayudamos’: Santiago Zambrano, operador de llamadas telefónicas
Santiago Zambrano atendió la llamada de un hombre que quería quitarse la vida y lo salvó. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.
Trabajo hace ocho años en el ECU 911. El mes pasado, en uno de mis turnos, atendí una llamada de un ciudadano que comenzó su diálogo diciendo que se iba a matar. Repetía que sólo la muerte lo podía ayudar. También me dijo que estaba solo y que tenía problemas. Yo le preguntaba por qué estaba solo. Le pregunté en dónde se encontraba y me dio su ubicación. Mientras conversaba con él, por interno activamos la cámara de video vigilancia más cercana y alertamos a un patrullero de la Policía que se encontraba cerca. Los agentes tardaron un minuto y medio en arribar y asistir al señor. Para mí fue un turno más, hablé con esta persona dos minutos y seguí trabajando como si nada. Pero más tarde, cuando reflexionaba un poco, pensaba en lo importante que es ayudar, desde cada una de nuestras instituciones. No sé la identidad del ciudadano, pero sé que estaba mal de su salud emocional y que ese día necesitaba alguien que pudiera estar cerca de él y que quisiera escucharlo. Él repetía que ya no tenía por qué vivir y lloraba. Yo tenía que guardar la calma y al mismo tiempo monitorear su situación con las cámaras. Veía que se acercaba peligrosamente hacia el borde de un puente, pero yo debía estar calmado. Confiaba que la Policía llegaría pronto. Yo le pedía que no deje de hablarme, que se siente en la vereda y que dialoguemos porque mi intención era ayudar. Días después les hice escuchar el audio de la llamada a mis hijos, que son pequeños, ellos estaban admirados. Mis hijos me decían papi tú le salvaste la vida y yo respondía que fueron muchas manos las que ayudamos.
‘Lo más grato fue sacarlo de la quebrada y descubrir que sí quería vivir’: Jorge Sevilla, Bombero
Jorge Sevilla salvó la vida de un joven de 21 años. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.
El 24 de noviembre pasado recibí una llamada del ECU 911. Nos alertaban que una persona intentaba lanzarse a una quebrada ubicada cerca del puente cinco, en la autopista General Rumiñahui. Cuando llegamos nos encontramos que se trataba de un joven de unos 21 años y quien ya se encontraba en el fondo de la quebrada. Él decía que se había caído, pero los testigos, quienes llamaron al ECU 911, contaron que el muchacho se lanzó, que había amenazado con quitarse la vida y que saltó. Descendimos a la quebrada para buscarlo. Por suerte no se había lastimado mucho, solo tenía policontusiones. También nos dimos cuenta que se encontraba con aliento a licor. Pudimos hablar con él y nos comentó que estaba viviendo una situación delicada.
Cuando lo sacamos de la quebrada, él ya estaba más lúcido, entonces nos agradecía que lo hayamos rescatado. El momento más grato fue, justamente, cuando lo sacamos de la quebrada y descubrimos que sí quería vivir.
Nosotros como Bomberos estamos siempre cerca de la ciudadanía, en donde la gente nos necesite. Vemos cosas muy fuertes, pero también estamos dispuestos a ayudar y a servir. Trabajamos para evitar este tipo de tragedias.