Se debe trabajar en una cultura de prevención. Muchos de los delitos que se cometen en las calles ocurren en circunstancias que pudieron prevenirse. Por ejemplo, caminar por la madrugada en lugares poco concurridos y bajo los efectos del alcohol incrementa el riesgo de asaltos.
Los padres deben aconsejar a los hijos y sobre todo controlarlos. Pero ellos también deben ser un ejemplo y no cometer imprudencias, como manejar bajo los efectos del alcohol o verse involucrado en riñas callejeras o escándalo público.
En Atacames hay muchachitos caminando por la madrugada y abusando de la libertad concedida. Ellos son víctimas fáciles para los delincuentes, que también rondan a esas horas.
Además, es importante que se fortalezca a las instituciones que colaboramos con la seguridad en el país. Cruz Roja es la encargada de coordinar acciones con el resto de organismos como Policía y Bomberos, pero a veces no tiene recursos ni para la movilización de sus voluntarios.
Hacen falta equipos de perifoneo para alertar a las personas que vienen a la playa sobre cualquier peligro y un sistema de comunicación integrado entre los diferentes organismos. Así se podría reaccionar de forma inmediata cuando se presente una emergencia, como un asalto.