36 personas que cumplieron la mitad de la condena y salieron de la cárcel con el 2×1 volvieron a ser detenidas entre el 2008 y el 2009. ¿Esta reducción de penas cabe?
Muchos casos de liberados no son investigados como corresponden, porque (para aplicar el 2×1) a los detenidos se les hace una evaluación psicológica, de comportamiento en las cárceles, lo cual en ocasiones no es real.
¿A qué se refiere?
A que hay reincidentes, tienen dos o tres sentencias, pero se acogen a este beneficio por un aparente buen comportamiento de último momento. Esa gente aprende a aparentar pero luego de la evaluación de Rehabilitación comete hasta grescas.
El Ministerio de Justicia dice que Rehabilitación Social no aprueba las rebajas de penas, sino los tribunales.
No es así. Los tribunales solo acogen el informe que envían los directores jurídicos de cada centro y de la Dirección de Rehabilitación. Para rebajar las penas, el informe tiene que ser positivo. En todo caso, no hay rehabilitación.¿Los informes de Rehabilitación Social no son fiables?
Hay detenidos que se someten, por dos o tres meses a grupos religiosos que apoyan en las cárceles. Luego salen de allí y siguen con los problemas. Nadie hace un seguimiento de eso.
Si no hay rehabilitación, ¿cómo obtienen el 2×1?
Hay serias falencias, que se están subsanando poco a poco. Pero sí hay gente que salió de la cárcel y volvió a ser detenida. Conocí el caso de un ciudadano de 73 años, que obtuvo la prelibertad luego de cumplir tres de los ocho años que tenía de sentencia. Lo acusaron de plagiar a niños, en Quito, pero salió libre supuestamente porque tenía atenuantes. Pero tres meses después volvió a caer preso por el mismo delito.
¿Cómo impedir que estos casos se repitan?
La evaluación para otorgar la libertad debe ser estricta. Hay personas que no merecían haber salido de las cárceles con la rebaja de penas como el 2×1.
En estos casos no se toma en cuenta a las víctimas, que son las más afectadas.
Cierto. Cansado de todo el proceso judicial, que puede llevar años, las víctimas abandonan las causas y, en muchos casos, ni siquiera piden el cobro de daños y perjuicios económicos.
¿Las víctimas están en total indefensión?
Sí. Existen delitos cuyas penas no son largas. Mientras transcurre el proceso, los detenidos incluso ya han cumplido la pena y salen libres. Es decir, si una persona fue sentenciada a ocho meses pero el juicio dura un año, cuando se dicte la sentencia esa persona quedará libre de inmediato, porque ya ha cumplido la pena. Entonces, la víctima se frustra y, más bien, tiene miedo de ser atacada por los liberados. Hay casos en los cuales eso sí se ha dado.
¿Quién protege a los ciudadanos en estos casos, si la Fiscalía cubre solo al 0,8% de víctimas en el país?
No hay protección a las víctimas. Recuerdo el caso de una señora que se peleó con el dueño de casa. En el momento de la discusión, él lanzó un candado y le causó un daño irreversible en el ojo. La señora tuvo que someterse a operaciones complicadas. Los jueces condenaron al hombre a seis meses de prisión, pero mientras transcurría el proceso judicial el señor ya había cumplido la pena y quedó en libertad. De inmediato buscó a la señora con ánimos de venganza. Ella tuvo que abandonar la casa y el barrio.