La captura del narcotraficante Édgar Valdez Villarreal, alias ‘La Barbie’, se produce en momentos en que la Policía y el Gobierno de México son criticados por las débiles políticas de seguridad.
Valdez, un texano de 37 años, fue capturado el lunes en Lerma, estado de México.
Los hechos delictivos, evidenciados desde la masacre de los 72 emigrantes en el estado de Tamaulipas, en el norte de ese país, sacaron a la luz problemas al interior de la Policía.Una vez que el ecuatoriano Luis Lala dijo que los causantes de la masacre fueron los miembros de Los Zetas hubo una serie de acontecimientos: cinco ataques con explosivos, la muerte del Alcalde de Hidalgo, enfrentamientos entre grupos narcos con la fuerza pública, etc.
El propio presidente Felipe Calderón confesó que México vive una escalada de violencia, producto del enfrentamiento de los carteles y grupos armados por el poder de territorios.
Calderón admitió que existen problemas al interior de la Policía, por eso el lunes fueron separados 3 200 efectivos.
La captura de ‘La Barbie’ se enmarca dentro de estas declaraciones. Por eso incluso el Gobierno de los Estados Unidos felicitó a Calderón, a través de un breve comunicado, y le reiteró su respaldo para trabajar en contra de las bandas organizadas.
El lunes también fue capturado el líder de Los Zetas en Monterrey, Juan Francisco Zapata Gallegos. Ese mismo día cayeron abatidos seis miembros de un grupo armado; se presume que también pertenecían a esa banda.
El texano rubio y de ojos claros creó su propia leyenda: la de un sicario, un experto de la violencia que escaló todos los niveles hasta convertirse en uno de los capos más buscados por los gobiernos de México y de Estados Unidos.
Llegó a ser uno de los hombres de confianza de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, pero en la lucha por el control de territorios para el trasiego de drogas creyó tener el poder para independizarse, y al iniciar 2010 pretendió liderar, a los 37 años, su propia organización, el cartel de la Sierra del Sur.
Renunciar a la protección del jefe del cartel de Sinaloa hizo perder a ‘La Barbie’ su bastión de poder: desde zonas como Naucalpán, en el estado de México, pasando por comunidades de Morelos y hasta la costa de Guerrero, donde Acapulco y Zihuatanejo eran territorios bajo su control.
El corrido del hombre por el que Estados Unidos ofrecía 2 millones de dólares de recompensa, deja en claro que el objetivo del capo era encumbrarse.
“Cruzó la frontera aspirando a ser el grande, a ser el rey, Arturo Beltrán lo apoyó y empezó a comprar la ley (…); ese muñeco afamado lo empezó a demostrar. Con la astucia que ha tenido se propuso eliminar a la gente de la contra”.
Originario de Laredo, Texas, desde muy joven se incorporó a las filas del cartel de Sinaloa, escalando posiciones. Pasó de ser un simple sicario al “brazo ejecutor” de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, que ordenó secuestros y asesinatos de los enemigos.
Fue el autor del secuestro, en el 2006, de cuatro sicarios del grupo de Los Zetas, del cartel del Golfo, quienes fueron videograbados durante un interrogatorio y culminó con la ejecución de una de las víctimas. Todo para vengar el plagio y la ejecución de su hermano, Armando Valdez, quien era uno de sus principales colaboradores. Valdez Villarreal se convirtió en uno de los ‘mariscales de campo’ en la guerra que el cartel de Sinaloa libró en varios frentes contra el cartel del Golfo y su entonces brazo armado, Los Zetas.
Primero, según la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA), peleó contra Los Zetas por la plaza de Nuevo Laredo.
Más tarde libró sangrientas batallas para lograr el control del puerto de Acapulco, en Guerrero. Ahora será juzgado.