Los 1 694 paquetes de cocaína iban acomodados en cajas donde se transportaban piñas frescas.
Los paquetes dieron un peso de 1,9 toneladas, cantidad que, según la Policía, tendría en el mercado un valor de USD 4 millones.
La Policía Antinarcóticos descubrió el cargamento, el viernes pasado. Es el más reciente decomiso que se realiza en el país. Los narcotraficantes pretendían sacar la droga por el Puerto Marítimo de Guayaquil, a través de la naviera M.S.C.
Con este último cargamento, las toneladas de estupefacientes decomisadas en Ecuador desde enero suman 14,5. Los mayores decomisos se realizaron en Guayas: las 1,9 toneladas del viernes, se suman a las 7,5 decomisadas entre enero y junio (9,4 toneladas en total). “Es la provincia más grande en cuanto a población. Además tenemos un aeropuerto internacional y varios puertos marítimos”, dijo el jefe Antinarcóticos del Guayas, Freddy Ramos.
No es la primera vez que los narcotraficantes intentan enviar droga camuflada, en piñas, desde el Puerto Marítimo de Guayaquil. En abril pasado se descubrió una tonelada de clorhidrato de cocaína en otro cargamento de piñas. El aquella ocasión, sin embargo, los narcotraficantes usaron otro método: reemplazaron la pulpa de 148 piñas por igual número de paquetes con droga.
Ramos evitó ayer referirse sobre alguna conexión entre los dos casos. En el más reciente decomiso, la Policía detuvo a José Luis C., supuesto representante del exportador del cargamento. La fruta tenía como destino el puerto de Valencia. En tanto, en el decomiso de abril, se detuvo a cuatro sospechosos de hacer los envíos.
También en abril pasado, Antinarcóticos halló 148 paquetes de clorhidrato de cocaína ocultos en de cajas de banano, dentro de un contenedor en el Puerto Marítimo de Guayaquil. Allí, y días antes, se descubrieron lonjas de atún contaminadas con alrededor de 800 kilos de cocaína. El contenedor con el cargamento del túnido precocido pertenecía a una compañía exportadora de mariscos de Manta. El contenedor también iba a España.
Para el sector exportador, estos hallazgos de droga preocupan. Eduardo Ledesma, director de la Asociación de Exportadores de Banano, dice que la Policía debería establecer mecanismos de control más estrictos. “Nosotros somos los primeros en solicitar las inspecciones de Antinarcóticos, porque consideramos que el hallazgo de droga, en el caso del banano, afecta la imagen de la fruta”. Según el dirigente, no son las compañías exportadoras las que introducen el alcaloide. “La introducen terceros. Lamentablemente los casos que son detectados no se investigan a fondo.”
Ledesma menciona que han mantenido varias reuniones con Antinarcóticos para compartir información técnica sobre los procesos de envío.
Emilio Aguiar, presidente de la Cámara Marítima del Ecuador, considera que la contaminación con droga pudiera realizarse en un punto intermedio entre la planta o sitio de producción, y la llegada al puerto. “Por ello, las exportadoras mantienen una cadena de transporte segura, como contenedores sellados, rastreo satelital, y seguridad privada.”
Aguiar coincide en que el gran flujo de contenedores hace imposible que sean revisados todos. “Casi en todas las terminales, desde Contecon (la empresa privada que opera el Puerto Marítimo de Guayaquil) hasta las privadas, hay policías, canes antidrogas y oficinas para la verificación, pero esta es aleatoria”.
Según la Policía, el reciente hallazgo de droga no fue aleatorio.
El director de Operaciones de la Policía, Rodrigo Suárez, mencionó durante la presentación del alcaloide, el martes, que una unidad especializada analizó perfiles de riesgo de contenedores en Contecon. “Se inspeccionó a un contenedor que estaba listo para su envío al consignatario G.T.F. en el puerto de Valencia”.