El lunes, grupos afines al Gobierno gritaron consignas en contra de militares activos. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
El artículo 159 de la Constitución es claro: policías y militares son obedientes y no deliberantes. Además, dice que cumplirán su misión con estricta sujeción al poder civil. Pero los últimos enfrentamientos entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas debilitaron esa figura constitucional.
Los consejos disciplinarios no reconocieron al Presidente como la máxima autoridad de la institución y hubo pronunciamientos públicos en contra de las políticas del Régimen.
Livio Espinoza, excomandante de la Marina, advierte que en este momento la disciplina al interior de las filas castrenses está resquebrajada.
Para el oficial, este debilitamiento inició con el descuento de USD 41 millones al seguro militar (Issfa) y terminó con los consejos de disciplina que aún se dirimen internamente. “Se está perdiendo la institucionalidad en FF.AA., la disciplina, la lealtad, el respeto. Recuperar estos principios va a costar muchos años”, asegura.
Esta situación se evidencia incluso en redes sociales, donde hay una pugna entre personal de tropa y oficiales, o de quienes están a favor y en contra de la gestión del Gobierno. “Ahora, cuando hay alguien que hace justicia por los más desamparados, como lo ha sido la tropa, quieren que se archive el proyecto. Como es algo que les perjudica reclaman e insultan al Presidente”, comenta un grupo que se identifica como voluntarios de la Fuerza Terrestre.
El mensaje es por las reformas al Issfa que el Ejecutivo envió en julio y que actualmente se analizan en la Comisión de Trabajadores de la Asamblea.
En esa misma plataforma aparece otro cuestionamiento: “Quién corrige a este subteniente… Pero si fuera un señor de tropa, tripulante o aerotécnico ya estuviera con los consejos de disciplina instalados”.
Bertha García, experta en temas de Defensa, señala que lo que ocurre en este momento “es un fenómeno penoso para el país” y reconoce que la actual situación “realmente sí ha resquebrajado la confianza entre FF.AA. y el Gobierno”.
Tradicionalmente, la Constitución ha dejado clara la obediencia y la no deliberancia de soldados y policías. Pero desde el 2008, cuando a los uniformados se les concedió el derecho al voto facultativo, ha habido más pronunciamientos sobre esta figura constitucional.
El tema fue analizado en el 2012 por la entonces ministra de Defensa, María Fernanda Espinosa. La funcionaria decía que los militares son deliberantes cuando “votan, suscriben un modelo de país, de sociedad, apoyando un determinado proyecto”. Pero aclaraba que “cuando actúan profesionalmente no pueden ser deliberantes, peor aún, garantes de la democracia”.
Las posturas políticas de los soldados también han provocado confrontación en las FF.AA. Hace una semana, el capitán Édison Garrido denunció públicamente que fue dado de baja del Ejército por apoyar la gestión del Presidente.
Farith Simon, catedrático universitario, sostiene que el artículo 159 define claramente el límite a los militares. “Ellos, por el rol que cumplen, por las obligaciones y por el mandato constitucional, no pueden hacer declaraciones políticas, ni favorables ni contrarias a un partido o a un régimen”.
Los roces incluso han llegado a las calles, con cuestionamientos desde la ciudadanía. El lunes, durante la audiencia judicial en contra de cinco oficiales de la Armada, en Quito, se evidenció aquello.
Grupos afines al Gobierno gritaron consignas en contra de los uniformados. “Militar acomodado, con el sueldo del Estado”, se oyó varias veces.
En esa diligencia, la jueza Karen Matamoros pidió que en 120 días las autoridades instruyan a los soldados en sujeción al poder civil. El Presidente lamentó el fallo y dijo que le “apena” que a los soldados se los envíe a capacitarse.
El coronel (r) Germán Páez dice que hay un “ambiente negativo” en FF.AA..Y que desde el poder político se intenta destruir la disciplina militar.